La nueva especie de sirenio, denominada ‘Sobrarbesiren cardieli’, vivió en el espacio de los actuales Pirineos oscenses cuando era la zona costera de un golfo marino abierto al Cantábrico
Una nueva especie de sirenio o vaca marina, denominada Sobrarbesiren cardieli y que vivió hace 42 millones de años en el espacio de los actuales Pirineos oscenses, ha sido descrita en Scientific Reports por Ester Díaz Berenguer (Universidad de Zaragoza), Ainara Badiola (Universidad del País Vasco), Miguel Moreno Azanza (Universidade Nova de Lisboa) y José Ignacio Canudo (Universidad de Zaragoza).
Esta nueva especie de vaca marina (los sirenios son los únicos mamíferos marinos herbívoros) es el primer sirenio cuadrúpedo de Eurasia y la especie más antigua del oeste de Europa que, según informó el lunes la Universidad de Zaragoza, va a situar a España, y especialmente a la provincia de Huesca, como uno de los lugares clave del mundo en el estudio de la evolución inicial de los mamíferos marinos. Dicho grupo de mamíferos apareció por primera vez hace 50 millones de años y evolucionó a partir de mamíferos terrestres en el continente africano hasta convertirse en animales totalmente marinos. En la actualidad están representados por los dugongos y manatíes, unos apacibles herbívoros que habitan en ríos y costas de latitudes tropicales.
Las excavaciones paleontológicas en el yacimiento de Castejón de Sobrarbe comenzaron en 2009 bajo la dirección de Ainara Badiola y desde entonces se han recuperado más de 600 fósiles de vertebrados del Eoceno Medio, hace unos 42 millones de años aproximadamente, de los cuales unos 300 son del género Sobrarbesiren, correspondientes a un mínimo de seis individuos diferentes, entre adultos y juveniles. El nuevo sirenio Sobrarbesiren está representado por casi todos los huesos del esqueleto del animal: tres cráneos, numerosas vértebras y costillas y huesos de las extremidades anteriores y posteriores, entre los que destacan dos pelvis, un fémur y el peroné de sirenio más antiguo del mundo. En el mismo yacimiento se han recuperado restos de tortugas, cocodrilos, lagartos, tiburones y pequeños mamíferos, además de fósiles de invertebrados y de plantas que, junto a la geología, permiten reconstruir el hábitat de este sirenio: la zona costera de un golfo marino abierto al Cantábrico, donde desembocaría un delta con mucha vegetación y un clima tropical.
Los fósiles se encuentran depositados en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza y las piezas más singulares se podrán ver próximamente en la exposición permanente del museo. Por otro lado, la investigadora Ester Díaz Berenguer está estudiando a fondo el esqueleto del sirenio con el fin de conocer su apariencia y averiguar si era capaz de sostener su peso sobre las patas posteriores o si, por el contrario, únicamente las utilizaba para nadar.
Con información de nationalgeographic.com.es