La cuarta intervención en el panteón de Pedro Amaro, en el municipio de Jojutla, ha revelado un hallazgo devastador: al menos 60 cuerpos fueron localizados en una fosa común, entre ellos los restos de al menos 10 bebés. Colectivos de búsqueda denunciaron que los entierros se realizaron sin protocolos legales por parte de la Fiscalía General del Estado de Morelos.
Las labores de exhumación, iniciadas en mayo de este año, forman parte de un proceso prolongado que busca identificar restos humanos inhumados de forma irregular desde al menos 2017, cuando este mismo panteón fue señalado por albergar cuerpos sin registro adecuado ni cadena de custodia.
Una historia que se repite
Organismos de derechos humanos y familias de personas desaparecidas han documentado prácticas reiteradas por parte de las autoridades estatales: entierros sin necropsia, sin identificación genética y sin informar a los familiares. Esta intervención se suma a otras tres realizadas anteriormente (2017, 2022 y 2024), con un patrón que evidencia omisiones institucionales graves.
Romana García, madre buscadora, relató: “Están saliendo cosas que no imaginábamos. Nunca habíamos vivido una situación tan fuerte”. Mientras tanto, Amalia Alejandra Hernández, otra integrante del colectivo, detalló que el hallazgo incluye restos de mujeres y niños, y que aún faltan fragmentos por clasificar.
Fallas en el procedimiento forense
De acuerdo con testimonios de las familias, la exhumación actual carece de personal forense especializado, como antropólogos físicos o arqueólogos. A pesar de los señalamientos, la Fiscalía estatal sostiene que se sigue una metodología progresiva: primero excavación mecánica de hasta 50 cm, luego trabajo manual a un metro de profundidad, con delimitaciones arqueológicas.
Los trabajos fueron interrumpidos brevemente por daños estructurales provocados por las lluvias del huracán Erick, que afectaron el muro perimetral del panteón.
Posible quinta etapa de exhumación
Penélope Picazo, titular de la Comisión Ejecutiva de Atención y Reparación a Víctimas del Estado de Morelos, informó que ante la magnitud de los hallazgos se analiza una quinta etapa de exhumación. La funcionaria aseguró que se buscará garantizar mayor rigor técnico y acompañamiento a las familias.
El caso de Jojutla recuerda a Tetelcingo, donde en 2015 se documentó otra fosa clandestina con decenas de cuerpos. Lo que en un inicio fue considerado un hecho aislado ha demostrado ser una práctica sistemática de la Fiscalía de Morelos.
Una deuda que sigue pendiente
Los colectivos de búsqueda siguen esperando justicia, verdad y reparación. A casi una década del primer hallazgo, las cifras oficiales aún no coinciden con lo que se ha recuperado. Cada cuerpo exhumado representa una familia rota y una deuda institucional que las autoridades aún no han saldado.