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La amenazante barbarie en Veracruz: niños asesinados y otros reclutados por el narco 

El Piñero

•AMLO gana terreno
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- UNO. Niños asesinados
Nada más delicado en un Veracruz revoloteado por los carteles y cartelitos como el asesinato de niños. Genocidio se le podría llamar. Tremendo fracaso del Estado de Derecho. Crisis humanitaria.
Por eso, la muerte de dos menores, además, niñas, en Río Blanco, satanizadas desde la cancha oficial, ha generado tanta controversia.
Antes, en el bienio que corre, los 4 niños asesinados en una colonia popular de Coatzacoalcos… que porque el padre era narco.
El niño asesinado en Tantoyuca en compañía de su maestra.
Los dos niños asesinados en Córdoba, una niña, en una plaza comercial, que porque el padre era maloso.
El adolescente de Acutzingo asesinado en Chilapa, Guerrero, cuando con 4 adultos, entre ellos, su padre, viajaron para vender los muebles artesanales que ellos mismos elaboran, porque es la única fuente de ingresos en el pueblo.
Ahora, la polémica con la muerte de dos menores y en donde ni la yunicidad ha podido convencer a la población ni al Solecito ni el Solecito, ni MORENA ni ONG tampoco al gobierno de Veracruz.
Incluso, en la rebatinga por la verdad, la verdad histórica de que hablaba el ex procurador de Justicia, Jesús Murillo Karam, las adolescentes de 14 y 16 años han sido, digamos, descobijadas en su quehacer.
Que desde hace un año huyeron de sus casas.
Que desde hace un año habían abandonado la escuela primaria.
Que eran narcas.
Que una de ellas era amada amante del jefe capo.
Que ellas también dispararon en el tiroteo entre malosos y elementos policiacos.
Que una de ellas se tatuó una pistola en la mano.

DOS. Fuego volcánico en Veracruz

La muerte de las dos menores en Río Blanco ha encendido el fuego volcánico en Veracruz.
Entre otras razones, además de la incertidumbre, la zozobra, la inseguridad y la impunidad, porque la yunicidad detuvo y encarceló en el penal de Pacho Viejo a diecinueve jefes policiacos y policías acusados de desaparición forzada de 15 personas, a partir de la alianza con los carteles y cartelitos en el duartazgo.
Incluso, desde el 9 de febrero del año que corre ofrece una recompensa de hasta un millón de pesos por datos que lleven a la captura de José Nabor Nava Holguín, subsecretario y secretario de Seguridad Pública con Javier Duarte y secretario particular del titular de la SSP con Fidel Herrera Beltrán.
Y de pronto, pareciera que los demonios se están revoloteando en el infierno porque, y entre otras cositas, se concitan otras desventuras:
A: El asesinato de un taxista en Medellín cometido por tres agentes de Tránsito.
B: El asesinato de un joven en Córdoba escenificado por ocho policías.
C: La sublevación de vecinos en Acultzingo en contra de los policías por tanto atropello a los ciudadanos.
D: El asalto a los comensales en una taquería y a los clientes en un balneario en Córdoba.
E: La denuncia de 251 mujeres asesinadas en los meses de la yunicidad ventilada por el Premio Estatal de la Mujer.
F: La declaración de AMLO de que de las 32 entidades federativas en Veracruz lleva el primer lugar en la carrera presidencial a Los Pinos.
G: El discurso de Perote del gobernador Yunes donde se “le tiró al piso” al presidente Enrique Peña Nieto.
Y entonces, el tiroteo en Río Blanco donde unos malandros dispararon a unos policías estatales quienes respondieron con fuego y tres personas murieron, entre ellas, las dos chicas.
En los noticieros de la Ciudad de México se han centrado en el crimen de las dos jovencitas, pues del tercer muerto ni quien se acuerde.
El asesinato de niños es un asunto demasiado delicado.

TRES. Niñas reclutadas por el narco

El fuego cruzado y la muerte de las menores sirvió para que el gobernador Yunes pusiera en la picota el nombre del jefe narco de la plaza de Río Blanco, Acultzingo, Maltrata, Ciudad Mendoza, Nogales y Orizaba.
Le apodan “El Bukana” y es, dijo, un tipo de alta peligrosidad.
Y atrás de sus pasos están las policías estatales y municipales y la Fuerza Civil y los soldados y marinos y la Gendarmería y hasta los israelitas que asesoran al Yunes azul desde tiempo inmemorial. Quizá hasta el Superman de Felipe Calderón, Genaro García Luna.
Pero mientras, digamos, lo atraparan, igual como pasara con “El Lucky”, jefe de la plaza Córdoba, el amiguito del diputado federal, Érick Lagos Hernández, la vida está convertida en un infierno.
Tanto que en Córdoba, por ejemplo, convocaron a una marcha pacífica para reclamar la paz y la tranquilidad en el paraíso perdido.
Lo peor de todo es el asesinato de niños.
Y desde luego, y en caso de ser así, del reclutamiento de menores en las bandas delictivas, como el caso de las chicas de 14 y 16 años de Río Blanco, en caso de ser así, aun cuando debiera profundizarse en las razones sociales.

CUATRO. Asunto ríspido

Luego de seis años de la estafa duartiana (saqueo del erario, inseguridad creciente, desaparición forzada, enriquecimiento ilícito, desvío de recursos federales, empresas fantasmas, desdén y menosprecio de los políticos estatales, etcétera), cuesta mucho al ciudadano creer en el gobernador y el fiscal su exposición de motivos por Río Blanco.
Y más, por el tiempo electoral que vivimos en que los asesinatos en general, pero más aún de menores de edad, suelen politizarse, de tal modo que cada parte política, partidista, social y mediática toma partido, y nadie parece ahondar en las razones sicológicas que llevaran a los dos chicas a meterse en la delincuencia organizada.

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