•La Biblia es clave…
Luis Velázquez/ Malecón del Paseo
Veracruz.- EMBARCADERO: Álvaro Mutis, el poeta y novelista colombiano amigo y mecenas de Gabriel García Márquez, tiene una frase imborrable… Dice: “en la vida han de leerse escritores que cada día vayan ayudando a vivir”… En alguno de sus libros, Octavio Paz, otro Premio Nobel de Literatura, describió un día feliz al lado de Fedor Dostoievski… Y a primera vista, el lector quedaba sorprendido porque los tiempos de ambos fueron ajenos… Pero Paz se refería a pasar el día completo leyendo al gran escritor ruso…
ROMPEOLAS: Un tiempo, García Márquez solía escuchar música clásica y leer al mismo tiempo… Después, cada cosa en su momento, pues si leía y escuchaba música al mismo tiempo (o al revés) se distraía sin la entrega total… Mutis estuvo preso en el penal de Lecumberri, el palacio negro penitenciario de la guerra sucia (Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez, por ejemplo) y tenía el tiempo del mundo para leer, escribir, escuchar música y construir amistades… Elena Poniatowska solía visitarlo cada 8 días y así escribió un libro dedicado a Mutis en la cárcel…
ASTILLEROS: Mutis, por ejemplo, fue mecenas de García Márquez recién llegado a México procedente de París donde tuviera debut y despedida como corresponsal del periódico “El Espectador” de Colombia, cerrado luego del golpe de Estado del general Rojas Pinilla… Entonces, desempleado, alcanzó a su amigo Mutis en la Ciudad de México… La misma noche cuando lo recibió Mutis le dio el libro “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo, y le dijo: “Lealo para que aprenda a escribir”… El Gabo pasó la noche en vela leyendo a “Pedro Páramo” en dos ocasiones… Al día siguiente decidió escribir “Cien años de soledad”, la historia alucinante de un pueblo rural como Comala…
ESCOLLERAS: Desde luego, el libro más famoso en la historia universal para aprender y ayudar a vivir cada día es la Biblia… Carlos Fuentes y Carlos Monsiváis, por ejemplo, la leían una vez cada año… Más, Monsiváis porque su señora madre era evangélica y lo encaminó a los Testigos de Jehová, por fortuna, lejos de “La luz del mundo”… Ellos leían la Biblia, cierto, por el relato religioso en el caso de Monsi, pero más aún porque se trata del libro de crónicas y reportajes más fascinante escrito en todos los tiempos… Arriba, incluso, de “Los 9 libros de la historia”, de Herodoto, publicado 450 años de Jesucristo…
PLAZOLETA: Cada quien tendrá sus libros para ayudarse a vivir… Es como la famosa interrogante de enlistar diez libros preferidos para irse a vivir a una isla, o en medio de la selva o del mar… Pero sin entrar en alegato innecesario (cada quien sus gustos y tendencias y debilidades), en una presunta lista bien podrían elegirse a los siguientes escritores, entre otros… Rusos: León Tolstoi, Fedor Dostoievski, Iván Turguéneiv, Antón Chéjov y Máximo Gorki… Norteamericanos, Ernest Hemingway, Jack London, Truman Capote, William Faulkner, John Dos Passos, Francis Scott Fitzgerald, John Reed, John Steinbeck y Norman Mailer… Latinos, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, Gabriel García Márquez, Octavio Paz, José Vasconcelos, Martín Luis Guzmán, Mario Vargas Llosa y Alejandro Almazán…
PALMERAS: Franceses: Víctor Hugo, Charles Dickens, Albert Camus, Jon Paul Sartre y Simone de Beauvoir… Además de Suetonio y el español Gregorio Marañón… Y la Biblia, ni se diga… Ellos publicaron libros para levantar la moral en cada nuevo amanecer, pues confortan y reconfortan el corazón humano… Y más, y como decía Pablo Neruda, “en una época diabólicamente confusa… cuando el largo sacrificio de la vida está lleno de dolor”…
