POR: RODRIGO BARRANCO DÉCTOR/CORRESPONSAL
Veracruz, Ver. (La Silla Rota).-Por varias cuadras del municipio de Villa de Oluta, cientos de personas cargaron los féretros de Aldahir Limón Núñez, de 16 años de edad, y de Juan Carlos Molina Fortuna, de 19, ambos estudiantes, queridos y conocidos por los habitantes de ese poblado, ubicado en el sur del estado de Veracruz.
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Al frente del cortejo, un par de jóvenes portaban una manta color blanco que, con letras rojas, “agradecían” al Gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares por la inseguridad que impera en la región, una zona que es paso obligado de migrantes centroamericanos que desean llegar a Estados Unidos.
Los dos estudiantes, uno de secundaria y otro de bachillerato, fueron asesinados el sábado por la noche, cuando cruzaban en una motocicleta el puente que comunica esa ciudad con la de Acayucan y durante la ola de violencia que azotó la entidad veracruzana, dejando cerca de 23 muertos, entre ellos, nueve desmembrados en la capital, Xalapa.
A raíz de diversos eventos sanguinarios en Xalapa, el Gobierno de Veracruz cercará la capital con ocho nuevos retenes policiales.
La nueva medida de seguridad la confirmó este lunes 15 de enero Jaime Téllez Marié, titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), quien el pasado 13 de enero fuera amenazado de muerte por presuntos integrantes del cartel 35 Z, grupo que dejó advertencias escritas en cartulinas en medio de extremidades humanas.
Los muchachos circulaban en la unidad y fueron acribillados a disparos, justo cuando pasaban por las antiguas instalaciones de la Universidad Privada de Acayucan. Ambos, quedaron tirados en el suelo, inertes, por las heridas de bala.
El domingo, temprano, sus familiares los identificaron en el Servicio Forense. El homicidio indignó a la población, pese a estar acostumbrados a ese tipo de hechos de violencia, pues tan sólo en lo que va de este 2018 suman cinco ejecuciones, sin que las autoridades den con los responsables.
Ante esto, amigos, familiares y excompañeros de escuela de las víctimas salieron a protestar por las calles de Oluta, cargando en hombros las dos cajas mortuorias de color blanco.
Aunque nadie quiso dar declaración, por temor a represarías, todos coincidieron, en charlas, que eran dos jóvenes de bien, que no se metían con nadie, dedicados al estudio.
La ceremonia de entierro es parte de la resaca que vive el estado de Veracruz, luego de que, tan sólo el fin de semana, se registraran más de 23 asesinatos con armas de fuego, en diferentes puntos de la entidad.
En respuesta, el gobierno del estado ha enviado más elementos policiacos tanto a Xalapa como al sur de la entidad, ambos puntos los más conflictivos en las últimas horas.
La semana ha iniciado con nuevas ejecuciones, sobre todo en la zona sur, en donde se reportan ya, por lo menos, otros tres homicidios de esa índole.
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