➡️ El reto será consolidar una administración ordenada tras señalamientos de desaseo financiero en el trienio anterior
➡️Ley de Ingresos aprobada en tiempo y forma coloca al actual gobierno en un escenario de mayor estabilidad administrativa
Editorial | Piñadero
Loma Bonita, Oaxaca.– Loma Bonita mira hacia el 2026 con expectativa y exigencia de orden; persiste la sombra del desfalco atribuido a Luciano Sánchez y su tesorero Agustín Debernardi
Para este 2026, en Loma Bonita se espera que el gobierno que encabeza Omar Lara Palma consolide una administración financiera más sólida, capaz de enfrentar —y finalmente superar— la pesada herencia que dejó el exalcalde Luciano Sánchez Gama, a quien se atribuye el desaseo administrativo que derivó en la retención de 28 millones de pesos destinados originalmente al municipio. Un golpe presupuestal severo que, en palabras de diversos sectores, privó a la ciudadanía de obras y programas sociales que pudieron transformar la realidad piñera.
Ese recurso, hoy perdido, no se reflejó en calles pavimentadas, aulas construidas ni apoyos directos a los sectores productivos; quedó reducido a números que no cuadraron en las cuentas públicas. La falta de comprobación financiera —señalan fuentes oficiales y ciudadanas— recae directamente en Sánchez Gama y su tesorero Agustín Debernardi, acompañados de un equipo de asesores que no logró rendir cuentas claras ante los órganos fiscalizadores. El resultado fue devastador, un hueco presupuestal que la administración actual se vio obligada a asumir.
Por ello, el gobierno de Omar Lara Palma tuvo que priorizar proyectos, seleccionarlos con lupa y escalonarlos según urgencia e impacto, administrando cada peso con cautela y con la presión ciudadana encima. No fue sencillo gobernar con una mochila casi vacía.
Sin embargo, en medio del panorama, surge un logro relevante. Loma Bonita fue el primer municipio de la Cuenca del Papaloapan en tener aprobada su Ley de Ingresos 2026 por el Congreso del Estado, hecho inédito en la historia reciente. Este avance posiciona a Omar Lara como un presidente que ha logrado generar condiciones de orden, disciplina fiscal y estabilidad administrativa pese a la tormenta heredada.
Mientras tanto, Luciano Sánchez y Agustín Debermardi continúan sin enfrentar consecuencias legales, situación que alimenta el malestar social. Hay quienes afirman que ambos disfrutan hoy de una vida cómoda, producto de un periodo municipal que la población recuerda con enojo y decepción.
Para muchos lomabonitenses, el exalcalde será recordado como el peor gobierno de la era reciente, marcado por un manejo considerado opaco e irresponsable de los recursos públicos.
La ciudadanía no olvida. Y el 2026 será la prueba:
¿podrá la administración actual cerrar el capítulo oscuro del desfalco y reconstruir la confianza con obras concretas, finanzas claras y resultados visibles?
El tiempo será juez. Por ahora, el pueblo observa, compara y exige






