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 Magdalena agradece a Loma Bonita el apoyo brindado a su hija Dámariz, y en su corazón está crear una Fundación para ayudar a pacientes con cáncer

Monika

Inés García Nieto | EL PIÑERO

Loma Bonita, Oaxaca. – A dos días del deceso de la joven Dámariz, sábado 12 de julio, la señora  Magdalena Gómez Reyes da las gracias a su familia que no es de sangre, por las oraciones y el apoyo material y económico que recibió en esta difícil experiencia de luchar contra el cáncer. Y a nombre de su hija, agradece con todo su corazón a las personas que le brindaron su valioso apoyo.

De visita en las oficinas del periódico Piñero, Periodismo y Debate, la señora Malena recuerda el desinteresado y oportuno apoyo brindado por tantas personas, entre las que menciona a humildes habitantes de las colonias de Loma Bonita, a comerciantes, a creyentes católicos y evangélicos, a amigas y amigos de Dámariz, y a quien fuera su novio por siete años, porque nunca la dejó sola: Enrique.

La mujer que movida por el amor a su hija se convirtió en guerrera del amor, amor que la llevó a tocar puertas en comercios y colonias de Tuxtepec, Ciudad Isla, Azueta, así como tocar los corazones de paisanos que trabajan en Estados Unidos, dice con una paz que sobrepasa todo dolor:

En la enfermedad y en la cárcel te das cuenta quién es realmente tu familia, y sin lugar a duda mi familia es la población de Loma Bonita porque nunca me dejo sola. De esas personas no tengo una gota de sangre, pero en los momentos más difíciles tuve su amor, sus oraciones, su mano amiga, su comprensión. Cuando uno recibe eso y más de quien no es nada tuyo, sabes que esas personas son tu familia.

Con las manos en su bolsa color mezclilla y adorno color marrón, la señora Malena dice con voz suave y pausada:

Una persona dijo que por “algo” yo me había quedado sola. Yo le digo que no estoy sola y nunca estuve sola pues el pueblo de Loma Bonita estuvo conmigo. Dios tocó muchos corazones, y esa persona va a ver un día lo que yo digo, porque siempre le decía a Dios: Señor sin usted yo no camino, quíteme la pena. En tres años entendí que no es vergüenza pedir por quien quieres, y por amor a mi hija Damariz yo hice todo. Toque puertas y puertas y sí hubo quien me contestaba mal, pero yo le decía a Dios: Señor, contigo sigo para adelante y seguía caminando en busca de otra puerta abierta, y cuando la puerta de abría frente a mí estaban personas muy humildes, que sin dudarlo se desprendían de lo que tenían para poner una moneda en mi mano. 

Tras agradecer la presencia del joven Enrique en este caminar, el joven que no dejó nunca a su novia enferma, la señora Malena confiesa que su corazón está triste por la partida de su hija, pero su corazón le dicta que agradezca y que bendiga a todos las personas que le apoyaron. A los comerciantes que colocaron un botecito en sus expendios para recibir unas monedas que ayudaran en los gastos de transporte a Tuxtepec, Xalapa, Veracruz y México.

Ese dinero recaudado, dice, fue para que a mi hija no le faltara ningún medicamento. Y ese dinero era bendito se multiplicaba. Gracias familia de Isla, Tuxtepec, Azueta, gracias de todo corazón. Hubo muchas personas que oraron por mi hija, y nunca me imaginé que mi hija alcanzara el amor de tanta gente. Ahora sé que mi hija tenía el don del amor, porque sus amigas y amigos se organizaban para hacer rifas y darnos ese recurso. Mi hija fue muy querida, y entiendo que Dios la quiso con Él, y hoy está en el mejor lugar, a su lado.

La señora Malena agradece una vez más las muchas oraciones por Dámariz, pero agradece también el apoyo brindado por el señor Omar Lara, que no siendo presidente aún, él nunca le negó nada de lo que necesitó, y que a través de su personal estuvo atento a las muchas necesidades de su hija. Recuerda el apoyo recibido para comprar cajas de antibióticos, gasas, guantes, y hasta la silla de ruedas que Dámariz requirió. Es un hombre noble, de gran corazón, externa.

También resalta el apoyo físico y moral que recibió del joven Enrique, “Kike”, el novio de Dámariz en siete años, pues en los momentos más difíciles él le daba fortaleza diciendo que la joven estaría bien, que saldría adelante, y agrega: Pese al gran dolor físico que Dámariz experimentaba, ella confortaba a su angustiada madre diciendo: Tranquila que yo estoy en paz. Ella nunca renegó de Dios y tampoco de la enfermedad.

A la cabeza y el corazón de esta admirable mujer y madre, viene el apoyo de los transportistas de “Amigo Guichito” que van a México, quienes les llevaban parches, guantes y pañales donados por la ciudadanía, sin ningún costo.

Menciona que en dos o tres semanas viajará a la Ciudad de México para hacer entrega de los muchos medicamentos al DIF, pues el cáncer es una enfermedad seria en el país.

Relata que el cáncer de colón que llegó a su hija hace tres años, se presentó con síntomas de colitis, y al hacerle estudios más profundos se supo que la enfermedad era grave. En Xalapa le dijeron que estaba en fase terminal, en el puerto de Veracruz un médico particular dijo lo mismo, y fue hasta que el coronel Esaúl Rodríguez Cuellar, Yolanda y Xóchitl Uscanga se interesaron por apoyarla, fue cuando la joven fue enviada a la ciudad de México. Ahí le volvieron a hacer nuevos estudios, y la madre se percató que su hija empezó a recuperarse, pero una tos que derivó en pulmonía, hizo que ella se viniera abajo. Ya en Loma Bonita, donde la idea era suministrarle un tipo de antibiótico que en otro momento do resultado, contó con el apoyo de los doctores Aguirre y Serapio, pero el cuerpo de Dámariz ya no respondió. Los síntomas se agravaron en tres días, y antes de partir, María Elena, la valiente y amorosa madre tuvo la fortuna de abrazar, besar a su hija, y cantarle la canción que la abuela paterna, doña María Peña le cantaba a la bebé. Es en este momento cuando la voz de la señora Malena se quiebra, y se recupera cuando comenta a su atento entrevistador, Roberto Hernández: También le puse alabanzas antes de partir, y cuando ella se sentía muy mal, pedía que le habláramos a la pastora Yolanda, para que orara por ella. 

El alma y el corazón de esta valiente mujer está más que agradecido, pero cuando se le pregunta si hubo algún político que le negara ayuda, ella dice que prefiere no hacerlo, pero recuerda que un político cuyas iniciales de su nombre son VRH, le pidió el numero de cuenta que se abrió para pedir apoyo, le dijo que de forma inmediata le transferiría, pero nunca lo hizo.   

Pero 2 políticos fríos e inhumanos no cuentan cuando la solidaridad de la población de Loma Bonita, Isla, Tuxtepec, Azueta y Juchitán llega como lluvia fresca. Desde Juchitán un señor mandaba a la madre capsulas de víbora de cascabel para que la joven Dámariz saliera adelante, pero Dios la quiso a su lado.

La lucha de Dámariz, la de su madre, la de un novio que hoy llora a la amada ausente, sirvió para tejer en Loma Bonita y más allá, una red de amor, comprensión y solidaridad.

Las muestras de cariño y las palabras de fortaleza para la señora María Elena Gómez Reyes, son abundantes en las redes sociales, Muchas de ellas piden a Dios le de fortaleza, otras la llaman madre guerrera, otras le envían abrazos virtuales, y hay quienes externan la necesidad de una fundación para sacar adelante a personas con cáncer.

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