Redacción|El Piñero
La desaparición del sacerdote Ernesto Baltazar Hernández Vilchis, reportada desde el 28 de octubre en Tultitlán, Estados de México, derivó en una investigación que hoy revela un caso marcado por la vulnerabilidad y la violencia.
La Fiscalía del Estado de México ha confirmado que María Fernanda “N” y Brandon “N” fueron vinculados a proceso por su presunta participación en la desaparición y homicidio del religioso.
De acuerdo con la indagatoria, el sacerdote contrató un encuentro s3xual con Fátima “N”, quien lo llevó primero a un hotel y luego a un domicilio en la Unidad Habitacional Morelos 3ª Sección. Ahí convivieron con Brandon “N” y su pareja. La reunión cambió de rumbo cuando, según la fiscalía, Fátima “N” presuntamente colocó gotas de un medicamento controlado en la bebida del sacerdote con la intención de dormirlo y robarlo. Al despertar, Brandon “N” habría golpeado al sacerdote con un bate para evitar que denunciara lo ocurrido.
El cuerpo fue ocultado dentro de un sillón, trasladado en la camioneta de la víctima y abandonado en un canal de aguas negras en Nextlalpan. Tras ello, la camioneta fue vendida en Actopan por 35 mil pesos. El cadáver fue hallado el 11 de noviembre.
Además de los dos vinculados a proceso, Fátima “N” permanece detenida en espera de audiencia, mientras que un cuarto implicado sigue prófugo. Los imputados permanecerán en prisión preventiva mientras avanza la investigación, que tiene un plazo de tres meses para concluir.






