Redaccion | El Piñero
México.- El cielo se desplomó sobre el centro y oriente de México como si hubiera decidido tomarse revancha, las lluvias torrenciales del fin de semana dejaron un saldo estremecedor, 64 muertos y 65 desaparecidos en Veracruz, Puebla, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí, según la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC). En otras palabras, el diluvio no fue bíblico, pero sí lo suficientemente cruel como para recordarnos que, cuando llueve en México, no sólo se moja el suelo, también se inundan las promesas gubernamentales.
En Veracruz, la tragedia tuvo su epicentro. Veintinueve personas perdieron la vida y 18 siguen sin ser localizadas, atrapadas entre deslaves, ríos desbordados y caminos borrados del mapa. En Hidalgo, el agua arrasó con comunidades rurales dejando 21 muertos y 43 desaparecidos, mientras que en Puebla, el conteo se detuvo en 13 fallecidos y 4 extraviados. Querétaro reportó una víctima mortal, y San Luis Potosí se libró —por ahora— con sólo daños materiales. Las escenas se repiten: casas convertidas en lodo, vehículos apilados como juguetes rotos y familias buscando entre el fango lo que el temporal no se llevó del todo: la esperanza.
Las autoridades federales salieron a cuadro como siempre, a declarar emergencia, desplegar tropas, activar protocolos y prometer reconstrucción. El Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y Protección Civil recorren las zonas devastadas entre lodo, cables caídos y promesas empapadas. El gobierno liberó recursos de emergencia —porque en México los fondos aparecen mágicamente cuando el desastre ya ocurrió— y pidió a la población “mantener la calma” y “seguir las recomendaciones”. Mientras tanto, en los cerros y márgenes de los ríos, la calma no existe, sólo el eco de los nombres que aún no aparecen en la lista oficial.
Y así, una vez más, el temporal vino a recordarnos que la tragedia natural se mezcla con la desorganización institucional, que los planes de prevención duermen en escritorios, y que la lluvia no discrimina, pero la infraestructura sí.