Redacción El Piñero | Corresponsalía
Un grupo de niñas y niños de aspecto famélico se ha convertido en una preocupante realidad en las calles de Loma Bonita, municipio del norte de Oaxaca, donde la pobreza extrema y la desnutrición están aumentando de manera alarmante.
La situación de indigencia que enfrentan estos menores ha hecho sonar las alarmas entre la comunidad, que reconoce su propia indiferencia ante el problema, a menudo absorbidos por sus propios desafíos cotidianos.
Ante esta crisis, la sociedad hace un llamado urgente a los tres niveles de gobierno, especialmente al gobernador Salomón Jara Cruz, y a su esposa, la presidenta honoraria del DIF Estatal, Irma Bolaños, para que implementen programas de asistencia social que beneficien a estos niños en situación de calle.
La necesidad de medidas concretas y planes de desarrollo en favor de la niñez indigente es más urgente que nunca ante un vacío histórico de atención a personas en pobreza y que persisten en el abandono.