Redacción El Piñero | Corresponsalía
En Tuxtepec, la tarde transcurrió con un aire distinto. En un salón solemne, bajo los colores rojo y blanco de la institución, Luis Yariel Núñez Cruz levantó la mano derecha para asumir la presidencia de la Cruz Roja en esta ciudad oaxaqueña. No era un acto más: se trataba del inicio de una nueva etapa para una organización que, durante décadas, ha sido sinónimo de auxilio y esperanza en los momentos más difíciles.
A su lado, integrantes del nuevo Consejo Directivo —profesionales de la salud y de la administración— recibieron el respaldo de autoridades y voluntarios. En su primer mensaje, Núñez Cruz habló con firmeza sobre el compromiso de garantizar la operatividad, fortalecer los recursos y ofrecer atención de calidad a quienes más lo necesitan. Sus palabras fueron escuchadas con atención por la comunidad tuxtepecana, que sabe lo que significa tener una ambulancia a tiempo o una mano solidaria en medio de una emergencia.
La delegada estatal de la Cruz Roja Mexicana en Oaxaca, María Antonieta Velásquez Chagoya, entregó de manera oficial el inmueble donde operará la delegación, con miras a que abra sus puertas a finales de septiembre. Antes de concluir el acto, Núñez Cruz adelantó que muy pronto arrancará la colecta anual, pieza clave para sostener los programas y servicios que cada año salvan vidas y alivian dolores.
El acto no solo fue un relevo institucional, sino la promesa de que la Cruz Roja en Tuxtepec seguirá siendo ese faro de humanidad que, aun en las noches más oscuras, ofrece una luz de esperanza.