Redacción| El Piñero
Oaxaca enfrenta un importante desafío económico tras el reciente recorte del 7.6% en las transferencias federales para el primer semestre de 2025, resultante de la reintegración de recursos no ejercidos por el gobierno estatal durante 2024.
De acuerdo con expertos, este subejercicio administrativo ha llevado al estado a ser uno de los más perjudicados en el país, lo que plantea serias preocupaciones sobre la capacidad del gobierno de Salomón Jara Cruz para atender las necesidades básicas de su población.
Con más del 58% de sus habitantes en condiciones de pobreza y un alarmante rezago en educación y salud, la falta de inversión en infraestructura crítica se convierte en un problema apremiante.
A pesar de un ligero incremento en las participaciones del Ramo 28 en este año, estas no son suficientes para cubrir el déficit dejado por las aportaciones del Ramo 33, esenciales para la salud, educación y seguridad.
El presupuesto proyectado para 2025 es de 93 mil 69.9 millones de pesos, lo que representa una disminución con respecto al año anterior. En este contexto, la administración estatal se verá forzada a reevaluar sus prioridades y estrategias para garantizar el bienestar de sus ciudadanos.
Analistas sugieren que la crisis no solo es administrativa, sino que también refleja tensiones políticas entre el gobierno estatal y la presidencia, lo que podría agravar aún más la situación financiera en el estado. La falta de alineación con el gobierno federal en la gestión de recursos podría tener consecuencias graves para los oaxaqueños.
Ante este panorama, es crucial que el gobierno local actúe con rapidez y eficacia para confrontar los retos que la reducción presupuestal implica, y asegurar que se cumplan las demandas sociales fundamentales.
Los próximos meses serán decisivos para determinar cómo Oaxaca gestionará esta crisis y qué medidas se implementarán para mitigar su impacto en la vida de los ciudadanos.