Redacción El Piñero | Corresponsalía
Oaxaca.- El gobernador Salomón Jara Cruz volvió a demostrar que en el ranking nacional de mandatarios su desempeño es más ligero que un bache oaxaqueño, ocupa el último lugar entre los 32 estados, según la encuesta más reciente de Rubrum, con puntuaciones que van desde la casi inexistente transparencia (3.76 puntos) hasta la crítica situación en salud (3.8) y obras públicas (4.3), evidenciando un descontento ciudadano que ya no cabe en discursos ni boletines oficiales.
Oaxaca se convirtió en un espejo cruel: mientras otros estados brillan por eficiencia y gestión, aquí la ciudadanía percibe opacidad, negligencia y abandono. Los datos son elocuentes: el manejo de recursos genera sospechas, los hospitales parecen improvisaciones temporales y los baches en la infraestructura parecen una metáfora de la planificación estatal: profundos, interminables y peligrosos. La seguridad tampoco levanta la mano: con 3.85 puntos, la sensación de impunidad y riesgo recorre las calles como huésped permanente. La encuesta, elaborada con 1,000 entrevistas telefónicas, refleja lo que los oaxaqueños ya saben: la administración está más ocupada en compromisos partidistas que en el bienestar colectivo.
En respuesta, la Gobernación se limitó a prometer que reforzará la transparencia, la vigilancia de recursos y la supervisión de obras, en un comunicado que más parece un recordatorio de buenas intenciones que un plan concreto. Se anunciaron auditorías y evaluación de políticas, mientras los ciudadanos miran la cola de baches y hospitales saturados, preguntándose si esta vez las palabras finalmente se convertirán en hechos o seguirán siendo versos en el aire de un gobierno que coquetea con la negligencia.