Redacción El Piñero | Corresponsalía
Oaxaca.- Las lluvias recientes decidieron que era hora de hacer una inspección sorpresa al mercado Benito Juárez, en la Colonia Estación de Ciudad Ixtepec, municipio de la región del Istmo, y vaya que encontraron desastre, pasillos inundados, mercancías arruinadas y comerciantes con cara de incredulidad. Mientras el agua corría, los locatarios solo podían observar cómo la falta de mantenimiento y desazolve se cobraba factura, recordando que el camión recolector municipal sigue más dormido que funcional.
Los vendedores no perdieron tiempo en hacer su reporte, las autoridades, en lugar de asumir responsabilidades, se dedicaron a culpar a administraciones pasadas, como si la lluvia pudiera leer comunicados oficiales y esperar su turno. Entre quejas y malabares para proteger su mercancía, los comerciantes dejaron claro que la prevención no es un discurso mediático, sino una necesidad tangible que nadie ha querido atender.
Y mientras los puestos se inundaban, las promesas oficiales permanecían flotando, igual que el agua en los pasillos del mercado, sin aplicación, sin rumbo y, sobre todo, sin dar tranquilidad a quienes dependen de ese espacio para su sustento. Ciudad Ixtepec aprendió, una vez más, que cuando las lluvias llegan, la improvisación y la burocracia son los mejores aliados del desastre.