*Uno de los tantos pueblos marginados de Oaxaca: Estación Mogoñe
Citlalli CID/El Piñero
A más de 350 kilómetros de distancia de la capital del Estado que Andrés Manuel Lopez Obrador, presidente de la República, afirma amar y reconocer por su gran historia local y nacional, se encuentra Estación Mogoñe, una ciudad que durante años, tuvo vida intensa por el paso del tren.
Una vida que poco a poco fue muriendo y transformándose a lo que se ve hoy en día, un pueblo en el olvido, carente de recursos básicos y vitales para el desarrollo real del mismo, un discurso bien utilizado por diversos actores políticos, que prometen aterrizar cuantiosos beneficios que se quedan en promesas.
Los aproximadamente 2 mil habitantes que continúan en esa zona, siguen teniendo letrinas en sus casas, carencen de agua potable, no tienen acceso a red telefónica y ni hablar de un Internet eficiente, esa materia que hoy en día es tan utilizada para el desarrollo y ocio, tampoco existe en la zona una clínica que respete el derecho a la salud.
Es Estación Mogoñe, el rincón bello de la zona mixe en la región Istmo, ese que hasta hoy, por la ambición de grandes proyectos, han vuelto a visitar con sus limpios vehículos y zapatos buenos los nuevos funcionarios de la 4T, en busca de apoderarse de la riqueza del pueblo por su importancia en el paso del tren, pero que no toca la carencia real de ese pueblo.
Como Estación Mogoñe, se encuentra Mogoñe Viejo, el Zarzal, Vixidu y zona de Hierba Santa, donde el conflicto se cuece desde el cacicazgo de la población, los marginados de los ejidatarios, esos ejidatarios que se sienten con el poder de excluir a sus paisanos, de llamarlos paracaídistas y de indicar a funcionarios federales si se apoya a cierta familia o no.
Los que están aprovechando las visitas de funcionarios federales para hacerse de prebendas que distan de las necesidades de aquellos que se verán afectados por el paso del tren y si de da, su enmallado.
Un hombre habitante de la zona, dice: “Un tractocamión para que quiero, si no tengo terreno de siembra, un hospital menos, si ni la clínica está bien equipada, no tenemos médicos’.
Para los pueblos límites de las vías del tren, el mega proyecto tan mencionado, es nuevamente un beneficio para el puñado de empresarios, de los ricos y fuereños que llevarán a su gente a trabajar ahí, y dejaran más pobres a los pobres que solo tienen, afirman, sus tierras, esas por las que están dispuestos a pelear.