Redacción | El Piñero
Oaxaca.– Mientras la percepción de inseguridad se disparó al 76.6% durante el segundo trimestre de 2025, la administración de Ray Chagoya en la capital festeja un tímido aumento en la confianza ciudadana: de 11.4% a 14%. Al mismo tiempo, los habitantes de 18 años y más que reportaron conflictos o enfrentamientos subieron de 32.5% a 39.3%, confirmando que, para la ciudadanía, la realidad no va a la misma velocidad que las estadísticas oficiales.
Los números hablan de un incremento en la sensación de riesgo y de conflictos cotidianos, mientras el gobierno presume avances mínimos, como si colocar cifras en un papel pudiera compensar la incertidumbre y el temor que viven los oaxaqueños a diario. Los conflictos siguen creciendo, la desconfianza también, y la seguridad parece un pasajero invisible que nunca llega a tiempo.
Como de costumbre, la autoridad aparece más como espectadora que como protagonista: medidas preventivas escasas, estrategias poco claras y una comunicación que raya en lo simbólico, dejando a la población preguntándose si las promesas de seguridad son un proyecto en curso o simplemente un mantra de oficina. La ciudad percibe que la seguridad sigue viajando en el asiento trasero de la burocracia, mientras los problemas reales avanzan en primera fila.