Redacción El Piñero | Corresponsalía
Oaxaca.- La mañana de este lunes 8 de septiembre, el sol apenas iluminaba el entronque de la carretera federal Costera 200 cuando la calma del destino turístico se rompió con un estruendo. Dos jóvenes de Barrio Nuevo, Arleth Ruiz Gopar y Carlos Reyes Ortiz, que se dirigían a su trabajo en un hotel de la zona, encontraron un destino fatal al ser alcanzados por un camión de volteo. La noticia corrió rápido, dejando a Huatulco en shock y con un vacío en su comunidad.
Testigos relatan que la motocicleta en la que viajaban fue embestida sin darles oportunidad de reaccionar. Arleth, acompañante en la unidad ligera, perdió la vida al instante, mientras que Carlos, quien conducía, falleció minutos después debido a graves lesiones internas. La indignación creció aún más cuando se supo que el vehículo pesado no contaba con la documentación en regla y, pese a ello, circulaba libremente por la zona.
La tragedia no solo evidencia la pérdida irreparable de dos jóvenes trabajadores, sino también el descuido oficial. Mientras la ciudadanía exige orden y seguridad en las carreteras, las autoridades se limitan a detener al operador del camión, sin profundizar en la responsabilidad de quienes permiten que unidades sin control ni supervisión sigan poniendo en riesgo vidas inocentes. En Huatulco, el dolor se mezcla con la crítica: no bastan condolencias, se necesitan acciones firmes.