Redacción | El Piñero
Oaxaca.- La tarde del jueves 18 de septiembre, la Facultad de Derecho de la UABJO se convirtió en escenario de un episodio que ni en los exámenes más tensos se había visto, un estudiante, identificado como Carlos Ortiz Ángeles, de 33 años, terminó lesionado en pierna y cadera tras un ataque con arma de fuego dentro del campus.
Según el libreto que ya parece repetirse en Oaxaca, dos individuos en motocicleta pasaron como si fueran a hacer reparto exprés, pero en lugar de entregar comida rápida, descargaron plomo rápido. La víctima alcanzó a declarar que los sujetos accionaron un arma mientras él caminaba, lo que generó el caos entre alumnos y docentes que, como pudieron, corrieron a refugiarse en salones y pasillos, más asustados que en un examen sorpresa de Constitucional.
Y como dicta el manual no escrito de la seguridad local, las autoridades llegaron después de que el susto ya había hecho estragos. Ningún detenido, ningún operativo eficaz y, por supuesto, ninguna estrategia preventiva. La universidad sigue siendo un terreno donde los discursos de “seguridad garantizada” valen menos que un syllabus en la primera semana de clases, mientras la comunidad estudiantil se queda con la pregunta: ¿quién protege a quienes estudian leyes cuando la ley no protege ni a la propia facultad?