➡️El Tribunal determinó que no hubo vicios legislativos, ni irregularidades en la creación de la figura.
➡️El reloj democrático comenzó a correr. Y ahora, más que nunca, el pueblo tendrá la última palabra.
Redacción El Piñero
Oaxaca.— El fallo ya quedó firme. La Revocación de Mandato será una realidad en Oaxaca, convirtiendo a la entidad en la primera del país en echar a andar este mecanismo de democracia directa. Un hecho histórico. Ahora tocará al pueblo salir a las urnas.
La recién nombrada Suprema Corte de Justicia de la Nación —electa por el voto popular— dio su aval definitivo, al confirmar que el proceso no viola la Constitución y que los lineamientos establecidos garantizan transparencia y participación ciudadana. Con ello, el máximo tribunal respaldó la figura jurídica y despejó el camino para que la ciudadanía pueda decidir si su gobernante continúa o se va antes de tiempo.
Durante la discusión, los ministros subrayaron que el mecanismo cuenta con reglas claras, procedimientos establecidos y garantías suficientes para que la participación ciudadana sea organizada e informada.
La resolución también frenó cualquier intento por desacreditar el proceso. El Tribunal determinó que no hubo vicios legislativos, ni irregularidades en la creación de la figura. Dicho de forma coloquial, el procedimiento estuvo limpio y es jurídicamente sólido.
OAXACA, LABORATORIO POLÍTICO
El avance coloca a Oaxaca en un reflector inédito. No solo marca un precedente jurídico, sino que también convierte al estado en termómetro y ejemplo para el resto del país. Lo que ocurra aquí —sea participación ejemplar o confrontación política— puede definir el futuro de la democracia directa en México.
No es menor que este paso ocurra en un contexto donde la ciudadanía exige mayor rendición de cuentas, menos simulación y un acceso real a la toma de decisiones. La Revocación de Mandato se vuelve, pues, una válvula de presión democrática.
Aunque la resolución se presenta como un triunfo ciudadano, voces críticas ya advierten que este mecanismo puede convertirse en una herramienta de confrontación entre poderes, o incluso en un instrumento para legitimar o desestabilizar gobiernos.
Sin embargo, al menos en el papel, el Poder Judicial dejó claro que la prioridad es garantizar certeza, legalidad y participación genuina.
La implementación afianza una cultura democrática donde la ciudadanía ocupa el centro del tablero: obliga a los gobernantes a mantener legitimidad viva, no solo electoral, presiona a los partidos a construir gobiernos eficientes, y exige a la población una participación informada y consciente.
En suma, Oaxaca no solo estrena una figura jurídica, estrena un nuevo capítulo político.
La Revocación de Mandato ya está en pie. El reloj democrático comenzó a correr. Y ahora, más que nunca, el pueblo tendrá la última palabra.






