Redacción El Piñero | Corresponsalía
Oaxaca.- Después de cargar con el peso de acusaciones que por años la mantuvieron privada de su libertad, Olga Maribel, maestra y defensora comunitaria mazateca, recuperó su libertad, al ser absuelta por un juez que reconoció que no cometió los delitos por los que se le había procesado. Su liberación se convierte en un emblema de resistencia para su pueblo, Eloxochitlán de Flores Magón, una región Sierra Flores Magón.
La resolución se da luego de una larga batalla jurídica encabezada por mujeres indígenas y organizaciones que denunciaron la criminalización sistemática de líderes comunitarios. Desde hace una semana, un grupo de compañeras de Olga mantenía un plantón permanente frente al Juzgado Mixto de Huautla de Jiménez, desde donde hoy celebran este fallo como una victoria moral y política.
Pero no todo es celebración, el juez eludió pronunciarse sobre la prescripción de los delitos, un punto clave que, de haberse abordado, habría significado un paso real hacia la justicia. Este vacío mantiene activas más de 200 órdenes de aprehensión que pesan sobre otras personas defensoras del mismo pueblo, generando un clima de persecución y miedo.
Mientras tanto, las autoridades judiciales siguen sin atender de fondo las demandas del movimiento. Organizaciones denuncian la actitud del juez Constantino Santiago, quien insiste en mantener vivo el delito de “daño por incendio”, una acusación que —afirman— se usa como herramienta de castigo contra quienes luchan por los derechos de los pueblos originarios.