Redacción El Piñero | Corresponsalía
Oaxaca.- La Sierra Sur de Oaxaca volvió a recordar que la naturaleza no hace concesiones, en la comunidad de Chilapa, municipio de San Agustín Loxicha, tres personas —dos adultos y una menor— quedaron sepultadas por el colapso de su vivienda tras el reblandecimiento de la tierra provocado por lluvias persistentes. Mientras las precipitaciones continuaban humedeciendo la región, las familias observaban impotentes cómo la tierra, implacable, cobraba su factura.
En un desfile de heroicidad silenciosa, personal de Protección Civil y autoridades municipales se movilizaron para rescatar lo rescatable, remover escombros y evaluar daños. Sin embargo, la desgracia no se limitó a Chilapa, derrumbes menores afectaron localidades como Cerro León, San Francisco, Magdalena, Piedra Quelove, San José la Unión y otras tantas, mientras en San Andrés Lovene un poste de luz cayó y dejó sin energía a la comunidad, obligando a la CFE a improvisar soluciones bajo la lluvia.
Lo más irónico es que esta tragedia, por previsible, habría podido ser mitigada. Sin alertas tempranas, sin medidas preventivas, la burocracia local se limitó a contemplar la escena mientras la tierra hacía su trabajo. Entre el drama de las familias afectadas y la solemnidad de los reportes oficiales, queda la sensación de que, en la Sierra Sur, la administración de riesgos sigue siendo más un titular que una acción concreta, y la lluvia, por desgracia, no espera a nadie.