Redacción El Piñero
Oaxaca.- La sesión ordinaria de este martes 9 de septiembre, en el Congreso Local prometía ser un simple trámite: aprobar la reforma a la Ley de Revocación de Mandato para blindar al gobernador Salomón Jara. Pero lo que terminó ocurriendo fue un espectáculo político en vivo, con la bancada de Morena exhibida sin argumentos y con el guión hecho bolas.
Los diputados oficialistas llegaron al debate como estudiantes sin tarea: sin datos, sin discurso y con un nerviosismo evidente. La desesperación fue tal que apareció en escena el dirigente estatal de Morena, Jara Navarro, convertido en apuntador improvisado, tratando de dictarles la línea.
Ni así lograron convencer, pues la justificación de la reforma se diluyó en frases repetidas y argumentos vacíos. Como si no bastara, hasta los hijos del gobernador se dejaron ver en el recinto, en un intento de dar “peso político” con presencia familiar, como si la gobernanza se heredara.
La función terminó sin que Morena lograra lo que quería: una defensa sólida de la iniciativa. En su lugar, quedó la imagen de un partido atrapado en sus propias contradicciones, dependiendo de salvavidas externos y apostando a la presencia simbólica antes que a los argumentos. La autoridad legislativa, por su parte, trató de salvar el momento anunciando que la reforma pasará a comisiones, un recurso clásico para enfriar el tema y evitar el bochorno mayor. La crónica del día dejó una moraleja: Morena no solo discute leyes, también exhibe sus fracturas internas al mejor estilo de tragicomedia parlamentaria.