Jaime GUERRERO
Oaxaca no es mercancía. Con mensajes contundentes que exigen respeto a las culturas indígenas y rechazaron ser vistas como productos comerciales, 39 mujeres provenientes de las ocho regiones participaron en el certamen para la elección de la Diosa Centeótl 2025, figura simbólica que encabeza las fiestas de la Guelaguetza en Oaxaca.
En el certamen, Patricia Casiano Zaragoza, originaria de Huautla de Jiménez, fue electa Diosa Centéotl 2025.
Las participantes lanzaron reproches a la clase gubernamental porque solo se acuerdan, y les aplauden a los pueblos indigenas durante un mes y luego las olvidan.
La Plaza de la Danza se convirtió en el escenario donde cada participante compartió su pensar y sentir sobre historia, cultura, tradiciones y contexto social de sus localidades, temas sorteados al igual que el orden de intervención.
Las mujereresistencia, la cotidianidad en sus comunidades, y desde la urgencia de revalorar el trabajo artesanal.
No sólo reivindicaron el valor de sus pueblos, también denunciaron las múltiples formas de violencia que enfrentan tanto como mujeres como comunidad, entre éstos la discriminación a la que se enfrentan en su propia tierra:
Villa de Zaachila, Teotongo, Juchitán de Zaragoza, San Pedro Ixtlahuaca, Tlacolula de Matamoros, San Pablo Guilá, San Pablo Villa de Mitla, San José Tenango, Santiago Yaitepec por citar algunos, fueron los municipios representados con orgullo y dignidad por cada una de las aspirantes.
En el certamen, Patricia Casiano Zaragoza, originaria de Huautla de Jiménez, fue electa Diosa Centéotl 2025, figura emblemática que encabeza las festividades de la Guelaguetza en Oaxaca.
Seleccionada entre 39 participantes provenientes de las ocho regiones del estado, Patricia logró alcanzar el anhelado nombramiento en su segundo intento.
“No fue fácil llegar aquí, pasé por muchos caminos, me tropecé, me espiné, pero tengo esa fe que nunca muere, esa fe que es inalcanzable. Hoy lo logré”, expresó durante su primer mensaje como Diosa Centéotl.
Desde pequeña había soñado con este momento. En la casa de su tío, mientras miraba la televisión, se prometió que algún día estaría ahí. Hace dos años participó por primera vez, sin llegar a la final.
Durante su discurso honró las tradiciones y culturas de su comunidad ubicada en la Sierra Mazateca. Exaltó la unión de la gente, su espiritualidad, la fuerza de su lengua originaria y el orgullo de quienes la preservan.
Patricia envió un mensaje a las nuevas generaciones para que nunca dejen de soñar, y en ese soñar que exageren en sus anhelos.
“En el camino van a encontrar trabas y malos comentarios, pero tienen que luchar”, expresó.
Durante la ceremonia, Patricia portó con orgullo la vestimenta tradicional de su comunidad, heredada de sus ancestros. Cada elemento representa la riqueza de la flora y la fauna de su región.