Redacción El Piñero | Corresponsalía
Oaxaca.- La tarde de este martes 9 de septiembre, la capital oaxaqueña se convirtió en escenario de acción cuando dos hombres a bordo de una motocicleta Vento fueron perseguidos desde el Crucero conocido como La Libélula, que forman las Avenidas Periférico y Lázaro Cárdenas, hasta la carretera federal 175, a la altura de la Colonia Buenos Aires en San Antonio de la Cal, donde finalmente fueron interceptados.
La escena parecía sacada de un guión de Hollywood, patrullas con sirenas a todo volumen, calles cerradas, automovilistas confundidos y transeúntes sorprendidos que no sabían si correr, grabar con el celular o simplemente hacerse a un lado. En medio de la adrenalina, un elemento de la Policía Vial Estatal terminó lesionado al derrapar durante la persecución, siendo atendido por paramédicos del Heroico Cuerpo de Bomberos. La motocicleta, una mochila y un artefacto bélico quedaron bajo resguardo, mientras los sospechosos fueron esposados como estrellas involuntarias de este espectáculo urbano.
Y aunque el operativo tuvo tintes cinematográficos, lo que brilló por su ausencia fue la transparencia. Autoridades se limitaron a señalar que los detenidos quedaron a disposición ministerial, pero no explicaron con claridad cuál fue la razón original de semejante despliegue. Es decir, se cerraron calles, se generó caos vehicular, se arriesgó a transeúntes y hasta un oficial salió lesionado… para después dejar a todos con la misma pregunta: ¿persecución por qué? Una vez más, la película terminó sin créditos finales y con la clásica cortinilla del “siga participando”.