Redacción | El Piñero
Oaxaca.- El reloj marcaba la salida de clases cuando el eco de la violencia volvió a irrumpir en la vida escolar de Putla Villa de Guerrero, en la región Sierra Sur, Fabiola Ortiz Medina, maestra de Orientación Educativa del Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca (COBAO) Plantel 06, fue agredida con un arma de fuego justo al abandonar el plantel, frente a la mirada atónita de sus alumnos. El hecho, ocurrió la tarde de este miércoles 15 de octubre de 2025, estremeció no sólo a la comunidad educativa, sino también a un municipio que parece haberse acostumbrado a las condolencias oficiales más que a la prevención real.
La maestra se disponía a abordar su vehículo, estacionado frente al colegio, cuando la jornada académica se transformó en tragedia. Los estudiantes, muchos apenas mayores de edad, quedaron en shock ante una escena que jamás debieron presenciar. Las sirenas llegaron tarde, como casi siempre, y el acordonamiento del área sólo sirvió para contener la indignación. Padres de familia, entre lágrimas e impotencia, exigían explicaciones, mientras las autoridades locales improvisaban declaraciones de “trabajo coordinado” que suenan más a consuelo burocrático que a acción concreta.
El Ayuntamiento de Putla y las autoridades estatales no tardaron en emitir comunicados lamentando el suceso, pero olvidaron aclarar lo esencial, por qué no existía seguridad preventiva en una zona que ya había sido reportada por hechos similares. Nadie vigilaba la entrada, ni el entorno del plantel, ni los horarios de salida. Las promesas de reforzar la seguridad parecen llegar siempre un día después, cuando la cinta amarilla ya cubre el asfalto. En Putla, la violencia no sorprende; lo que asombra es la capacidad de las instituciones para seguir ensayando su papel de dolientes públicos con discursos cada vez más vacíos.