Redaccion | El Piñero
Oaxaca.- La mañana de este miércoles, San Francisco Lachigoló despertó con sobresalto, el eco de las detonaciones de arma de fuego retumbó entre las calles tranquilas de la comunidad, como si el pueblo hubiera sido parte de una mala película de acción. Todo comenzó cuando un vecino —más valiente que cualquier patrulla— reconoció una camioneta presuntamente robada y decidió pedir ayuda. Bastó ese gesto para que el vecindario se movilizara, mientras las autoridades, como siempre, llegaban después de los créditos finales.
El vehículo fue hallado dentro de un terreno, pero la historia dio un giro cuando personas armadas aparecieron para recuperarlo. Hubo un intercambio de detonaciones y, en un acto de torpeza o de prisa, los intrusos huyeron dejando otra camioneta blanca abandonada sobre la carretera federal 190, con las puertas abiertas y el aire todavía caliente del escape. Todo parecía una escena de acción… sólo que sin héroes, ni justicia.
Y mientras la comunidad seguía con el corazón en la mano, las autoridades “competentes” acordonaron el área, tomaron fotos, redactaron su parte informativo y se retiraron con la promesa —ya gastada— de “reforzar la vigilancia”. Los vecinos, cansados de vivir entre sobresaltos, se preguntan si acaso el lema del gobierno es “llegamos tarde, pero llegamos”, porque en Lachigoló, la seguridad pública parece un mito y la impunidad, una costumbre con uniforme.