Redacción | El Piñero
Oaxaca.- En la siempre peligrosa carretera federal 175, justo en jurisdicción de Ánimas Trujano, municipio de la región de Valles Centrales,la rutina se interrumpió con un estruendo metálico, un volteo se abalanzó contra un mototaxi y lo dejó aplastado como si se tratara de un juguete. El saldo, infortunadamente, fue de dos personas sin vida, atrapadas bajo los fierros.

Los testigos narran que la escena parecía sacada de una película de infortunios, el mototaxi reducido a chatarra, vecinos corriendo, y la carretera cerrada bajo un calor que sofocaba tanto como la impotencia. Mientras tanto, los rescatistas urbanos eran esperados con ansias, pues sin su maquinaria no había forma de liberar a las víctimas de entre el amasijo de hierro.

Pero lo más irónico del asunto no fue la magnitud del accidente, sino la puntualidad digna de burla de las autoridades: aparecieron tarde, sin equipo suficiente, como si su plan de emergencia consistiera en esperar a que el tráfico se disperse solo. Una vez más, la tragedia mostró que en Oaxaca la velocidad no está en los cuerpos de auxilio, sino en la desgracia misma.