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Sólo votan cinco de cada 10 veracruzanos; la espalda a los jóvenes

El Piñero

  • Población resentida

Escenarios

Luis Velázquez

Veracruz.- UNO. Gravísimo abstencionismo

Ya de por sí, el abstencionismo llega al cincuenta por ciento. Sólo cinco de cada 10 ciudadanos con credencial de elector acuden a las urnas.

De cinco millones 773 mil 731 en Veracruz, por ejemplo, la mitad, y de acuerdo con la tendencia, cada vez multiplicándose.

Y es que los partidos políticos y los candidatos van por un camino diferente a las necesidades y preferencias de la población.

Es el caso, para citar una referencia, de la inseguridad que significa el pendiente número uno de los 8 millones de habitantes, y sin embargo, cada precandidato a la gubernatura con sus ocurrencias.

Y en el peor de los casos, eludiendo el tema.

Y más allá de lo peor, repitiendo una cantaleta, sin una estrategia específica.

Bastaría, sin embargo, referir la estadística del economista y experto electoral, Carlos Quiroz Sánchez, para detectar y concretar las edades de la población que sufragará el primero de julio del año que corre y a partir de ahí derivar las razones que mueven a cada sector de la población.

 

DOS. De espalda a los jóvenes

 

El primero de julio, dice, por vez primera en su vida un total de 257 mil 307 jóvenes de 18 a 19 años de edad tienen en su cartera la credencial de elector.

Y si se revisa una y otra vez el discurso del cuarteto de precandidatos a la gubernatura (Miriam Judith González Sheridan, Panal; Cuitláhuac García, MORENA; Miguel Ángel Yunes Márquez, PAN, y Pepe Yunes Zorrilla, PRI), ninguno se ha ocupado de los intereses, asuntos y razones que mueven a los jóvenes.

Y más, cuando la mayoría de los jóvenes viven lejos, demasiado lejos de los partidos políticos y de la política, proclives más, mucho más a participar, digamos, en ongs y en movimientos afines a sus objetivos inmediatos.

687 mil 503 jóvenes de veinte a veinticuatro años de edad tendrán ante sí la segunda oportunidad para votar.

Pero al mismo tiempo, desencantados de los políticos, un desencanto que, por ejemplo, les llega vía familiar, cuando miran que el padre y la madre en caso de trabajar se friegan mucho, demasiado el lomo para llevar el itacate y la torta a casa y les pagan salarios de hambre.

Y ante tales vientos huracanados, los jóvenes prefieren ene número de veces marcar la distancia.

 

TRES. Desencanto total

 

Y marcar la distancia, por ejemplo, cuando las universidades públicas y privadas están convertidas en fábricas de desempleados.

Y cuando, cierto, hay empleos, pero al mismo tiempo, con salarios jodidos.

Y cuando han tomado conciencia de que basta tener un amigo, un conocido, en la política para dar un salto económico y social en la vida.

Y cuando registran que por lo general a los políticos les importa un bledo el destino juvenil.

Y cuando los políticos jóvenes que llegan al poder público se vuelven iguales que los mayores.

El desencanto total y absoluto, pues.

 

CUATRO. Población resentida

 

La misma referencia social y política, dice Carlos Quiroz, permea en las otras edades de la población electoral.

Por ejemplo:

El primero de julio un total de 670 mil 233 jóvenes de 25 a 29 años tienen credencial del INE en Veracruz.

Y la mayoría de todos ellos (jóvenes indígenas, campesinos, obreros, suburbanos y urbanos) en la decepción política, y por añadidura, sueltos, sin que ningún partido ni tampoco ningún candidato los mire.

Y en el otro extremo está la población adulta, los llamados adultos mayores, los seniles.

De 60 a 64 años de edad, 315 mil 651.

Y de 65 años para adelante, 731 mil 82 personas.

Es decir, un millón 6 mil 733 viejitos.

Todos, que han caminado por la vida y si se considera que tienen de sesenta años y más, significa, mínimo, que han tenido la oportunidad de sufragar en diez elecciones para gobernador en Veracruz y para presidente de la república.

Y por tanto, están más allá del bien y del mal, cada uno con su experiencia en su calidad de vida.

La mayoría del millón 6 mil 733…sin seguridad social.

Y la mayoría de quienes están pensionados con pensiones miserables de hasta tres mil pesos mensuales.

Y en tales circunstancias, la mayoría resentidos y ardidos con los políticos al frente del aparato gubernamental.

Y no obstante, ninguno de los cuatro precandidatos a la silla embrujada del palacio principal de gobierno de Xalapa mirando hacia ellos.

 

CINCO. Gobiernos ilegítimos

 

Por eso, refiere Carlos Quiroz, cada vez se multiplica el abstencionismo.

Y por añadidura, a pesar de la intensa propaganda del INE y el OPLE, el resultado electoral es bajo. Bajísimo. Ridículo, dejando comicios demasiados caros.

Y lo peor, el abstencionismo histórico en caída libre, pues los partidos y los candidatos apuestan a lo que llaman “el voto duro” y que tiende a diluirse por completo, como por ejemplo, en el caso del PRI, en que el voto corporativo de otros tiempos, aglutinado en los grandes sindicales, desde hace ratito está suelto.

Lejos de los intereses sociales de los jóvenes y de los senectos, los partidos políticos y sus candidatos están descarrilados, pues los triunfadores, digamos, en las urnas, ganan por unos cuantos votos.

Y aun cuando, ni hablar, ganan y toman posesión del cargo público, lo hacen con el mínimo de la votación, evidenciando la legitimidad de un gobierno elegido por la mayoría poblacional.

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