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Otra vergüenza jarocha; 14 mil demandas en contra

El Piñero

Luis Velázquez Escenarios

10 de febrero de 2018

UNO. Otra vergüenza jarocha

 

Si Javier Duarte y los duartistas significan una vergüenza nacional para Veracruz, Víctor Flores Morales, dueño del sindicato ferrocarrilero desde hace unos veinte años, le pisa los talones.

A un ladito de ellos estaría Carlos Aceves del Olmo, el perpetuo dirigente cetemista, quien aun cuando Wikipedia dice que nació en la Ciudad de México en 1940, está muy ligado a familias de Xalapa y a cuya sombra crecen y se multiplican algunos parientes.

Con todo y Duarte y Aceves, Víctor Flores deshonra más a los 8 millones de habitantes de Veracruz. Su vida, una huella trituradora del poder sindical y político, vinculada a una corrupción fuera de serie, haciendo y deshaciendo con los recursos y los fondos de los trabajadores.

Insólito: en el tiempo de la corrupción política, con diecisiete ex gobernadores en la picota, la mayoría priistas…

Con José Antonio Meade en el tercer lugar de la encuesta…

Con un Enrique Peña Nieto con el 20 por ciento de la confianza ciudadana…

Y con un Sistema Nacional Anticorrupción en predicamento, ninguna autoridad federal escucha el legítimo reclamo de un montón de obreros de Ferrocarriles en contra de Flores Morales.

Por el contrario, tan fresco como una lechuga recién levantada en el jardín, se ha aplicado ene número de cirugías plásticas para sentirse el Dorian Grey del riel, y cada vez que camina en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río alardea de una sabrosísima dama de compañía.

 

DOS. El priismo lo encubre

 

La Fraternidad de Ferrocarrileros Jubilados tiene demandado a Víctor Flores, quien en su juventud se creía el Elvis Presley de la negritud en el Golfo de México y así se vestía para las fiestas en el barrio.

Lo han demando por malversación de fondos y enriquecimiento inexplicable.

Uno de sus ex amigos y mecenas y gurú, Jorge Peralta Vargas, quien lo nombrara su tesorero nacional en el sindicato, calculaba su fortuna en millones de dólares.

Su socio, el diputado federal, Fidel Kuri Grajales, en el club de los Tiburones Rojos y en la franquicia de casinos estará feliz.

Pero los jubilados viven y padecen un viacrucis interminable por las siguientes razones:

Víctor Flores desapareció un fondo de jubilación por trece mil 500 millones de pesos y quebró otro por 568 millones de pesos de un seguro de vida (La Jornada, Patricia Muñoz).

Además, está denunciado por “el cobro ilegal de cuotas sindicales a los jubilados y por haberse adjudicado pensiones que no le correspondían y porque recibe millonarios recursos por administrar un fideicomiso inexistente”.

Y no obstante las denuncias penales en las instancias laborales y en los tribunales, ninguna ha prosperado.

 

TRES. Silenciadas siete dependencias

 

Es más, las denuncias han caminado al Gólgota en otras instancias federales con los vientos huracanados en contra.

Llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación… y nada.

Llegó al Poder Legislativo… y nada.

Llegó a la Procuraduría de la Defensa de los Trabajadores y nada.

Llegó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y nada.

Llegó a la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México y nada.

Llegó al Comité Nacional de Atención a Víctimas y nada.

Llegó a la Procuraduría General de la República, PGR, y nada.

Unas dependencias se han declarado incompetentes.

Otras que nos les corresponde.

Otra que el trámite burocrático es lento.

Incluso, fueron a instituciones financias solicitando información de los movimientos contables y llegaron al ridículo de ampararse para no dar ningún dato.

Hubo un tiempo cuando a Víctor Flores también le decían “El rey Midas”, porque todo lo que tocaba lo corrompía en tierra fértil.

 

CUATRO. 14 mil demandas en contra

 

Una denuncia penal por el descuento ilegal de cuotas pasó, primero, por la PGR.

Luego, fue a tribunales laborales.

Y después de un tiempecito tortuoso y desesperante, los tribunales laborales determinaron “el no ejercicio de la acción penal”.

Y en contraparte, el PRI en el peor momento de su vida, entre otras razones, porque de igual manera como ha blindado a sus ex gobernadores y ex directores y ex secretarios de Estado acusados de pillos y ladrones, también a los líderes sindicales.

En total, hay catorce mil demandas contra Víctor Flores por la quiebra del Fideicomiso de Jubilados y que asciende a trece mil 500 millones de pesos.

Es decir, 14 mil jubilados denunciando que el perpetuo dirigente desapareció el fondo de jubilados y ninguna autoridad, absolutamente ninguna, escucha a los ex trabajadores.

Y tal cual, los candidatos del PRI y sus partidos aliados a un cargo de elección popular (presidencia de la república, nueve gobernadores, 500 diputados federales y 128 senadores en el país, más los diputados locales) cayendo en la ladera de la desconfianza ciudadana.

Todo, entre otras cositas, por blindar a Víctor Flores.

Un día, el líder de la Fraternidad de Ferrocarrileros Jubilados, se topó con Víctor Flores de frente.

Y el Elvis Presley de la negritud le dijo:

“Varios disidentes ya negociaron conmigo y tú me vas a pelar… los dientes”.

En las urnas, los catorce mil ferrocarrileros agraviados se vengarán del PRI y sus candidatos.

 

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