Redacción El Piñero
Loma Bonita, Oaxaca.— A casi cuatro meses de su desaparición, el caso de Ventura Camacho López, vecino de la comunidad de Tierra Alta, vuelve a cimbrar las redes sociales, ahora con un emotivo texto publicado por su hijo, Christian Ca Rivadeneyra, titulado “Papi, te seguimos esperando”, que se ha convertido en un grito de dolor e impotencia ante la incertidumbre.
En el texto, Christian hace una profunda reflexión desde la voz de los desaparecidos, interpelando directamente a quien o quienes pudieran tener información del paradero de su padre. En palabras crudas y conmovedoras, pide al responsable permitirle volver o al menos dar una pista que permita encontrar su cuerpo:
“No me hagas pedazos… no me entierres… no me quemen en ácido… haz lo mejor que puedes hacer ya, haz una llamada anónima.”
Estas frases han calado hondo entre los habitantes del municipio piñero, donde la desaparición de Ventura —reportada el pasado 17 de julio— sigue sin respuestas claras.
El señor Ventura Camacho fue visto por última vez junto a su motocicleta, la cual tampoco ha sido localizada. Desde entonces, sus familiares encendieron la alerta pública difundiendo su fotografía y datos personales, temiendo que haya sido víctima de una posible privación ilegal de la libertad, como lo han sugerido versiones extraoficiales.
La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) ha abierto una carpeta de investigación y realiza labores de búsqueda a través de su personal ministerial, aunque hasta el momento no se han revelado avances significativos en el caso.
Ante la falta de noticias, la familia insiste en que cualquier pista, por mínima que parezca, podría ser decisiva. “El silencio nos convierte en cómplices”, se lee en el mensaje de Christian, quien, como muchos en Oaxaca, reclama el derecho básico a saber dónde está su ser querido.
Si alguien tiene información que ayude a localizar a Ventura Camacho López, se pide comunicarlo de inmediato a las autoridades o a los contactos proporcionados por su familia. En esta lucha, la solidaridad ciudadana es vital para que el miedo no apague la esperanza.






