*Sansón, doce años de su vida en una celda por la defensa de bosques en la región Mixteca de Oaxaca
Citlalli CID/ El Piñero
La disputa por la riqueza natural de muchos pueblos del Estado de Oaxaca ha dejado familias en luto, hombres mutilados, mujeres viudas, violentadas y hombres encarcelados injustamente; tal es el caso de Sansón Socorro Aguilar, que, a sus 73 años, recuerda con días y horas la fecha en que, luego de 12 años, volvió a ser libre.
Originario de Independencia, Santa Cruz Itundujia, Putla, zona enclavada en la región Sierra Sur del Estado, Socorro Aguilar comenzó con un grupo de paisanos la defensa de sus bosques que estaban siendo acabados por particulares y civiles de la población que integraban el grupo de Bienes Comunales con la tala inmoderada, favoreciendo a empresas como la maderera “Mixteca” y la empresa “Etla”, que saquearon sus bosques desde el año 1976 hasta 1985.
Cuando las autoridades del ayuntamiento vieron que Bienes Comunales estaba abusando de la riqueza del bosque, se inconformó; pero no frenaron la tala, por el contrario, con la anuencia de un sacerdote, se nombró un “comité defensa” para defender los bosques, pero con la decisión de que la autoridad municipal, tuviera injerencia en sus decisiones, mañosamente fueron mujeres inexpertas, las que quedaron al frente mientras corría el mes de marzo, del año 1985.
Inició así otro problema por la riqueza natural, personas de bienes comunales y empresarios, solicitaron un crédito refaccionario, señala Socorro, en el periodo de mando de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), quien en su informe del año 1989, cita: “el aprovechamiento integral de los bosques será impulsado con los programas de desarrollo forestal para: Chihuahua, Durango, Oaxaca y Guerrero, los servicios técnicos se descentralizarán y se promueve la participación de los campesinos en la protección de los bosques y su capacidad de autogestión, resta, sin embargo, mucho por hacer para alcanzar una explotación racional que eleve el bienestar de los campesinos y la competitividad de la industria forestal.
La solicitud de crédito fue aprobada, señala Sansón Socorro, y recuerda que con dicho recurso se adquirieron 25 carros troceros, 4 camionetas, grúas y más unidades útiles para la tala, lo adquirido por ese grupo de “Comité de Defensa”, fue repartido a las personas “claves” de cada agencia para el consejo de ancianos y más personas no alzaran más la voz, formándose un monstruo a favor de la explotación forestal, y generando la desaparición de algunos civiles para matar la lucha, “para quitarme a mí del movimiento, tuvieron que cargarme un muertito” recuerda muy claro Sansón, a quien le habían impuesto una sentencia de 30 años, sin embargo, y pese a las pruebas que lo señalaban desde un inicio inocente, fue liberado luego de 12 años con un mes.
“En ese tiempo, todos eran priistas, hasta yo, decían que era priista, pero nació el PRD y apoyó el movimiento”, indica el hombre que continúa a favor de la defensa de los bosques, no solo de tierra natal, si no de la riqueza natural de la diversidad de ecosistemas que existen en el país.
Con el abanderamiento político de un partido hoy casi muerto, se dividió el pueblo en su asamblea del 15 de octubre de 1990, donde se demandaría no más explotación, pero los representantes de Reforma Agraria, impidió la votación para determinar acciones en su zona boscosa.
Actualmente la explotación de la zona boscosa es menor en la localidad de Independencia, Santa Cruz Itundujia, pues pese a que aún existen aserraderos particulares en la zona, tienen su aserrado comunal, que es administrado por la gente de Bienes Comunales y pobladores, donde el recurso generado por la venta de madera, es utilizado en las carencias del pueblo, para construir un aula, un sistema de riego, una obra de agua potable, es decir, obras colectivas en beneficio social de la comunidad, “de Itundujia desde que la defensa de los bosques se ha llevado a cabo, no sale un trozo de madera, todo se industrializa ahí”, indica Sansón Socorro Aguilar.
Los cuidadores del bosque en Itundujia, trabajan en la constante reforestación, pero reconocen que su lucha, ha abonado a la reforestación natural de la zona, esa que la misma naturaleza genera: las semillas que caen del pino-ocote, la tierra las hace desarrollar sin asistencia del humano.
Un escenario y una lucha que hoy dista mucho de lo que viven las comunidades de Ndoyonoyuji, Mier y Terán y Guerrero Grande, en la región Mixteca del Oaxaca.
