Redacción El Piñero | Corresponsalía
Puebla.- La tarde del viernes 22 de agosto, el ambiente en la Colonia El Nopalito cambió de golpe. Lo que comenzó como un presunto intento de robo en una tortillería terminó desbordando la ira de los vecinos y dejando una tragedia que estremeció a todo Cuautlancingo.
Primero fueron unos cuantos los que retuvieron a dos jóvenes señalados por los habitantes. Poco a poco, el tumulto creció; las voces se alzaron, los gritos se mezclaron con la tensión y en cuestión de minutos cerca de 30 personas rodeaban a los acusados.
En medio del caos, la motocicleta en la que viajaban fue incendiada y las agresiones no se detuvieron. Luis Ángel “N”, de apenas 21 años, no logró sobrevivir; su acompañante quedó con lesiones graves y fue llevado de emergencia a un hospital bajo vigilancia policial.
Cuando las patrullas finalmente llegaron, la multitud ya había dispersado parte de su furia. La intervención de las autoridades resultó tardía y no alcanzó a contener el desenlace fatal.
Hoy, el caso abre nuevamente el debate sobre la ausencia de protocolos eficaces para frenar la justicia por mano propia, una sombra que vuelve a recorrer las calles de Puebla.