Redaccion | El Piñero
Puebla.- La tarde de este sábado, el panteón municipal de Atzala se convirtió en escenario de un episodio que parece sacado de una crónica de la impotencia: Gerardo “N”, conocido como “El Toro de los Galenos”, perdió la vida durante un ataque con arma de fuego, mientras que su hijo resultó con lesiones y fue trasladado a un hospital de la región. Vecinos relatan cómo el hecho estremeció a la comunidad, mientras los responsables desaparecían como si la tragedia fuera un espectáculo que no mereciera seguimiento inmediato.
Testigos señalan que padre e hijo estaban realizando su rutina habitual en el camposanto cuando fueron agredidos por sujetos desconocidos, quienes se esfumaron antes de que alguien pudiera intervenir. Paramédicos y policías arribaron al lugar, confirmando la muerte del adulto y trasladando al menor bajo custodia médica. Hasta ahora, el móvil del ataque sigue siendo un misterio, y la identidad de los agresores continúa sin ser esclarecida.
Vecinos no pierden la oportunidad de señalar el habitual abandono institucional: el panteón carece de vigilancia, las autoridades locales llegan tarde y los comunicados oficiales se leen como promesas enlatadas, incapaces de cubrir la cruda realidad. Mientras tanto, la tragedia sirve de recordatorio de que, en muchas comunidades, la seguridad es un concepto que se menciona más en discursos que en hechos.