Redaccion | El Piñero
Puebla.- A las 14:40 horas del 9 de septiembre, Yesica, de apenas 24 años, llegó al Complejo Médico Gonzalo Río Arronte con un dolor abdominal intenso y un posible embarazo, según informó la ambulancia con 15 minutos de anticipación. Lo que debía ser un operativo de urgencia se transformó en un desfile de burocracia y negligencia, la joven nunca fue recibida por el urgenciólogo ni por la ginecóloga de guardia, y su atención quedó en manos de una enfermera siguiendo instrucciones generales.
En lugar de ingresar de inmediato al área de choque, Yesica fue “convidada” a la sala de espera, donde su agonía se convirtió en espectáculo silencioso, convulsiones, desmayos y pérdida de signos vitales se sucedieron mientras el reloj avanzaba con una precisión irónica. Solo hasta el cambio de turno se realizaron los estudios que confirmaron su embarazo, un dato que la ambulancia había advertido desde el inicio. Tres horas después, el certificado de defunción marcaba las 19:30 horas como hora oficial de muerte, cerrando un capítulo de frustración y protocolos ignorados.
Familiares y pacientes habituales cuestionan la ausencia de protocolos claros y la falta de personal especializado. La ginecóloga de turno brilló por su ausencia y la atención crítica se limitó a gestos formales de supervisión, dejando en evidencia un sistema que privilegia la rutina administrativa sobre la vida y la dignidad de quienes buscan auxilio. La tragedia abre un debate urgente: ¿servicios médicos o teatro burocrático?