Recuento genocida de Veracruz; en la mira, familiares de políticos

Luis Velázquez/ Escenarios
27 de junio de 2019
UNO. Van por familiares de políticos

Van once políticos asesinados y secuestrados en Veracruz en la sabadaba era Cuitláhuac.
Pero ahora, los carteles y cartelitos van o parecen ir por los familiares de los políticos.
El último fue José Ángel Merino Reyes, padre de la asistente del presidente municipal de Ciudad Mendoza, Melitón Reyes Larios.
Fue secuestrado cuando se dirigía a su negocio, a un costado del palacio municipal de Maltrata.
José Angel Merino es padre de Saraí Merino Machorro, ex tesorera de Maltrata, ex candidata del PAN a la alcaldía de Maltrata, y secretaria particular del alcalde de Camerino Z. Mendoza, el hermano del arzobispo Hipólito Reyes Larios.
El penúltimo familiar de un político secuestrado fue el sobrino del ex síndico de Acayucan, Dagoberto Molina Marcial.
Se llamaba Christian Gabriel Molina Marcial y fue secuestrado, asesinado, embolsado y encajuelado. Viernes 21 de junio, el mismo día, por cierto, cuando fuera asesinado Efraín García Zavala, ex candidato a la diputación federal del PRI y a la presidencia municipal de Tezonapa.
Los malandros se están yendo ahora por los familiares de políticos para multiplicar el terror y el horror.
Lo dijo el gobernador meses anteriores:
“Vendrán tiempos bonitos. Bonitos entre los bonitos. ¡Qué bonito, abuelita, qué bonito!”.

DOS. Cuitláhuac vive en gerundio

En la historia genocida de Veracruz, los malandros primeros se mataban entre ellos.
Luego, dieron un vuelco y pusieron a la población civil, hombres de preferencia, en la mira como estrategia para crear y recrear el pánico social, de igual manera, digamos, como los realistas en la guerra de Independencia colgaban los cadáveres de los campesinos de árboles a orilla del camino para intimidarlos y evitar, según ellos, que se unieran a Miguel Hidalgo.
Después, dieron otro giro radical y se fueron contra las mujeres, por ejemplo, 124 asesinadas en el primer semestre de Cuitláhuac.
Y luego se fueron contra reporteros (19 asesinados en el duartazgo y 5 en la yunicidad) y en contra de sacerdotes, digamos, “la estrella de la corona”, pues meterse con las elites eclesiásticas significa la más grande provocación.
Entonces, y en la era Cuitláhuac, se fueron contra los políticos en los primeros meses, y ahora, van contra los familiares de los políticos.
Paradojas de la vida: los carteles se están recrudeciendo, en tanto el gobierno de Veracruz viviendo en gerundio, es decir, planeando y prometiendo que en dos años la tierra jarocha será pacificada.
Pero dos años significa que si en el primer semestre de MORENA en el palacio de Xalapa fueron asesinadas mil personas, entonces, en tres semestres más serán cuatro mil en total. Mil por semestre, ¡vaya saldo social del primer gobierno de izquierda en Veracruz!

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