Redacción El Piñero
Loma Bonita, Oaxaca.— En plena calle Michoacán, una de las más transitadas de esta ciudad piñera, un joven emprendedor ha llamado la atención de transeúntes y automovilistas por una iniciativa tan simple como ingeniosa: vender agua de coco en un puesto completamente móvil, adaptado a la cabina de una motocicleta.
Se trata de Rubén, un joven lomabonitense que, con apoyo de su padre, encontró una manera de emprender sin ocupar de forma permanente el espacio público. Su negocio ofrece medio litro de agua de coco en bolsa por treinta pesos, además del tradicional coco pelado y troceado, listo para consumir.
Lo que distingue a su propuesta es la movilidad: una estructura ligera montada sobre su motocicleta que le permite instalarse, vender durante algunas horas y retirarse sin dejar rastro, liberando el lugar que utiliza como punto de venta.
—La idea fue de mi papá —relató Rubén—. Ya teníamos la estructura y él me sugirió montarla en la moto para que pudiera moverme con facilidad.
Este modelo, además de práctico, se ajusta a las necesidades urbanas de una ciudad donde los espacios de estacionamiento escasean. Rubén opera con permiso del Ayuntamiento, y al terminar su jornada —alrededor de las tres de la tarde— se retira del sitio, dejando el lugar disponible nuevamente.
—Por cualquier cosa, me puedo mover. Si no hay ventas aquí, me cambio de punto. Es lo más práctico para vender —añadió.
La experiencia de Rubén es un ejemplo de cómo la creatividad y la voluntad pueden generar nuevas formas de comercio local, respetuosas del espacio urbano y adaptables a la dinámica de la ciudad.
Su propuesta podría inspirar a otros emprendedores que buscan alternativas sostenibles y flexibles para ganarse la vida sin afectar el orden público ni la vialidad.