Redaccion | El Piñero
Oaxaca.- En la Colonia América Sur de la Capital, donde el tráfico y las prisas ya son parte del paisaje, los vecinos y padres de familia de siete escuelas públicas dijeron “hasta aquí” a las obras del nuevo estadio de béisbol de los Guerreros de Oaxaca, el flamante proyecto llamado Ciudad de los Deportes, impulsado por el empresario Alfredo Harp Helú. En asamblea comunitaria, los inconformes acordaron suspender los trabajos, cansados de que el progreso venga acompañado de maquinaria pesada y calles cerradas.
Las vialidades Derechos Humanos y Curtidurías, esenciales para la movilidad escolar y vecinal, quedaron en el ojo del huracán, de ser caminos cotidianos, pasarían a ser parte del terreno del nuevo complejo deportivo. Los vecinos aseguran que nadie les preguntó y que, entre promesas de desarrollo y silencio oficial, se quedaron sin paso y con la paciencia agotada. Así, decidieron hacer lo que en Oaxaca ya es tradición cuando no hay respuesta: parar la obra.
Mientras tanto, el Gobierno del Estado a cargo de Salomón Jara Cruz guarda un silencio digno de campeonato, sin ofrecer una solución clara ni un documento que garantice la reapertura de las calles. Desde los escritorios oficiales, el tema parece un juego de “espera y verás”, aunque los afectados ya vieron suficiente. Entre ironías y reclamos, los colonos piden algo simple, un diálogo real, banquetas completas y un gobierno que no confunda el desarrollo urbano con la imposición disfrazada de progreso.