➡️ 20 años de prisión para Jessica Ivonne Castillo, la hija que abrió la puerta a la masacre familiar
➡️ El emporio de las carnicerías “El Peludo” terminó en tragedia; entre los siete muertos estaban sus padres, hermanos y parientes. Todo por el dinero, el poder… y la ambición.
Redacción El Piñero
Boca del Río, Veracruz.– El 3 de julio de 2022, la historia de una familia trabajadora, símbolo del esfuerzo norteño que prosperó en tierras jarochas, terminó en una tragedia escrita con sangre. Lo que comenzó como una disputa por herencias y carnicerías terminó con siete miembros asesinados dentro de su propio hogar.
Este martes, el caso volvió a estremecer a Veracruz: un tribunal dictó 20 años de prisión a Jessica Ivonne Castillo, señalada como la mente detrás del crimen que acabó con la vida de su padre —el empresario José Luis Castillo, conocido como El Peludo—, su madre, hermanos y otros familiares.
Durante años, El Peludo fue sinónimo de éxito en el negocio cárnico veracruzano. Dueño de más de 15 carnicerías, José Luis Castillo transformó la venta de carne en un modelo de limpieza, calidad y buen servicio, que desplazó a los viejos expendios sucios y mal atendidos.
Desde Durango, su estado natal, trajo la idea de vender botana, chicharrón y barbacoa los fines de semana, fórmula que le ganó el cariño de los jarochos y un lugar privilegiado en la economía local. Pero el mismo negocio que le dio prosperidad sería, años después, el escenario de su destrucción.
Jessica Ivonne Castillo, la hija administradora del emporio, comenzó a ser observada por su padre cuando las cuentas dejaron de cuadrar.
Según las investigaciones, junto con su pareja —un hombre del norte con gusto por los lujos y las fiestas—, desviaba recursos del negocio familiar para financiar una vida de excesos.
Una auditoría interna reveló el fraude: faltantes millonarios y reclamos de proveedores. El padre, decepcionado, decidió quitarle el control financiero y heredar en vida parte de las carnicerías entre sus hijos, excluyendo a Jessica del reparto principal. Fue el punto de quiebre.
Esa noche de julio, la familia Castillo dormía en su casa de la colonia Ejido Primero de Mayo Sur, en Boca del Río. Según la Fiscalía, Jessica Ivonne fue quien abrió la puerta principal para que ingresaran varios hombres armados.
Los asesinos dispararon y apuñalaron a sus víctimas mientras dormían: José Luis Castillo, su esposa, sus hijos y sus parientes políticos.
Solo Jessica sobrevivió. Se presentó como víctima, llorando y abrazando a su hijo y una sobrina. Pero los investigadores detectaron incongruencias, movimientos sospechosos y una fuga repentina. Detrás del llanto, había un plan.
La Fiscalía General del Estado de Veracruz acreditó que Jessica fue quien facilitó el acceso de los asesinos. Aunque el Ministerio Público solicitaba una pena ejemplar de 490 años de prisión, el tribunal determinó una sentencia de 20 años por homicidio.
Jessica Ivonne fue capturada en Durango tras meses de esconderse. De los autores materiales, nada se sabe: ni nombres, ni paradero.
Lo que alguna vez fue una historia de esfuerzo, disciplina y éxito, terminó siendo una crónica de traición, codicia y muerte.
La Primavera dorada de las carnicerías El Peludo se apagó para siempre aquella noche en que una hija eligió el dinero antes que la sangre.