Culiacán, Sin. — Sinaloa vive una de las peores crisis humanitarias de su historia reciente. A nueve meses del estallido del conflicto interno en el Cártel de Sinaloa, la entidad acumula mil 405 asesinatos y al menos mil 862 personas desaparecidas, según cifras oficiales.
La pugna entre los grupos de los “Chapitos” y los “Mayos” ha devastado tanto la capital como zonas rurales, dejando a miles de familias sin respuesta ni justicia. Tan solo en Culiacán, donde se concentra la mayor parte de la violencia, se registraron 165 homicidios en mayo, una cifra solo superada por la de 2017.
El drama humano no se limita a las muertes: colectivos de búsqueda denuncian desapariciones sistemáticas, especialmente en sindicaturas rurales como Costa Rica, Eldorado y Elota. La impunidad, afirman, se ha convertido en norma.
Organizaciones civiles exigen al Estado mexicano reconocer la dimensión de la tragedia: “No es una guerra entre cárteles, es una emergencia social que está desapareciendo a nuestros hijos”, denunció una madre buscadora en conferencia reciente.