Redacción El Piñero
Sinaloa.- La tarde avanzaba como cualquier otra en la Colonia Guadalupe, hasta que un instante cambió la calma del lugar. Julio César, de 41 años e integrante de Bomberos Culiacán, se encontraba en un restaurante de mariscos sobre la Avenida Ciudades Hermanas, cuando fue alcanzado por un ataque que terminó con su vida. El local se encuentra frente a una caseta de la Policía Municipal, un contraste inquietante entre protección y vulnerabilidad.
Vecinos y comensales recuerdan los momentos de confusión y miedo. Tras los disparos, autoridades acudieron al sitio únicamente para delimitar la zona, mientras testigos intentaban asimilar lo ocurrido. No se registraron detenciones ni se logró identificar a los responsables de este incidente que conmocionó a la comunidad.
Este suceso se suma a una serie de agresiones que han afectado al personal de emergencias. Apenas días atrás, Joel Ramón, de Protección Civil de Navolato, apareció sin vida tras haber sido privado de su libertad en Altata. Desde noviembre del año pasado, Bomberos Culiacán ha sido blanco de ataques mientras acudía a atender siniestros, un recordatorio de que incluso quienes arriesgan su vida para proteger a otros no están exentos de la violencia que atraviesa la región.