Redacción El Piñero
Ciudad de México. – El violento hecho cometido por soldados comisionados a la Guardia Nacional en contra de un trailero que se negó a darles dinero, ocurrió en la carretera federal que va de Felipe Carrillo Puerto a X-Hazil, en Quintana Roo, el domingo 3 de marzo.
La agresión que quedó grabada en un video, no quedó ahí, pues el conductor del tractocamión no aparecía el lunes 4 de marzo, después de ser llevado por las patrullas 23500 y 23498, con rumbo a Felipe Carrillo Puerto.
Esta es la denuncia hecha por el conductor del tráiler, quien labora para un concesionario al servicio del Tren Maya, en la parte sur de México:
La tarde del domingo 3 de marzo, en la carretera federal que va de Felipe Carrillo Puerto a X-Hazil, un tractocamión de carga propiedad de un concesionario al servicio de la obra del Tren Maya, a cargo de la Sedena, tuvo un percance y fue interceptado por soldados comisionados a la Guardia Nacional, quienes se acercaron con el argumento de auxiliarlo. Al final le pidieron dinero por el servicio, pero como el operador se negó a darlo, en represalia, los elementos castrenses empezaron a agredirlo y posteriormente se lo llevaron detenido.
Dos tractocamiones del mismo concesionario se encontraban estacionados sobre el acotamiento, ya que uno de ellos se quedó sin combustible y el otro lo estaba auxiliando.
Al lugar llegaron dos patrullas de la Guardia Nacional, número 23498 y 23500. Los agentes “abanderaron” los camiones mientras solucionaban el problema y se ponían en marcha.
Después los agentes de la Guardia Nacional, le pidieron dinero a los choferes de los camiones, quienes se negaron a hacerlo. Al no recibir nada, amenazaron a uno de los operadores con llevarlo a certificar médicamente bajo el argumento de que estaba drogado. El conductor aceptó, pero dijo que, por indicación de su jefe, no podía dejar el camión en plena carretera. Los acompañaría, pero llevando el camión hasta donde ellos indicaran.
En una de las videograbaciones se escucha que el operador pregunta bajo qué cargos intentaban llevárselo; los agentes le responden que no hay cargos en su contra, pero tenía que acompañarlos.
También se escucha que el operador del camión les sugiere dejarlo estacionado en una gasolinera para mayor seguridad del camión, y los agentes acceden. Una vez que el chofer regresa al camión y se pone frente al volante, listo para seguir a los oficiales de Guardia Nacional, uno de los agentes se acerca y le ordena bajar del camión. Le ordena que suba a una patrulla.
El operador le dice que tiene que estacionar el camión en un lugar seguro porque la Sedena lo espera con la carga. Los agentes se negaron, diciendo que llamarían a una grúa para que se llevara el camión. El chofer pidió ayuda y permaneció arriba de la unidad esperando a que llegara otro operador para que manejara el camión y poder irse con los agentes que insistían en la prueba antidoping.
El chofer les contesta que no va drogado, pero que, aun así, en cuanto lleguen por el camión los acompaña, y si los exámenes resultaban negativos, le pagarían las pérdidas que tendría por el tiempo perdido y los daños que pudiera sufrir la carga; sin embargo, los militares se impacientaron y uno de ellos lanzó una herramienta de metal a la ventana del chofer, rompiendo por completo el cristal de la ventanilla e hiriendo en la nariz, boca y dientes al operador, quien se ve sangrando.
Después, a golpes lo bajan herido y sangrando. Lo llevan detenido a la ciudad de Felipe Carrillo Puerto, en Quintana Roo, a abordo de las patrullas 23500 y 23498. Hasta la mañana del lunes 4 de marzo no se sabía nada de él.
Se sabe que el tractocamión fue remolcado por una grúa que llegó por orden del oficial Jorge Enrique Cambrado de la Cruz, quien lanzó la herramienta hiriendo al chofer.
Los trabajadores del transporte de carga denuncian que no solo están amenazados por la delincuencia organizada, sino también por el mismo sistema de seguridad pública que supuestamente debe de cuidar las carreteras del país.
