Redacción El Piñero | Corresponsalía
Tamaulipas.- La mañana de este lunes 8 de septiembre, en el puerto industrial de Altamira, se vivió una escena que sacudió a las fuerzas navales: el Capitán de Navío Abraham Jeremías Pérez Ramírez fue hallado sin vida dentro de una camioneta oficial. La noticia corrió como reguero de pólvora, pues apenas horas antes su nombre había sido mencionado en investigaciones federales sobre la red de “huachicol fiscal” que ya mantiene bajo presión a altos mandos de la Secretaría de Marina.
El hallazgo ocurrió alrededor de las 9:30 horas y de inmediato encendió las alarmas, no sólo por el cargo que ocupaba como titular de la Unidad de Protección Portuaria de Altamira, sino también por los recientes señalamientos en su contra. De acuerdo con fuentes de investigación, un testigo protegido lo había acusado de recibir sobornos por 100 mil pesos para permitir el ingreso de combustibles de manera irregular. La Fiscalía General de la República tomó el control de la escena por tratarse de un asunto de jurisdicción federal, está oficialmente aseguran que el alto mando naval atentó contra su vida.
Lo preocupante es que, pese a estar bajo la lupa en una investigación de alto impacto y a figurar en una carpeta donde también se señalan a mandos de mayor rango, no se había emitido ninguna medida cautelar ni orden de aprehensión en su contra. La omisión abre la puerta a críticas contra las autoridades responsables, que parecieran reaccionar tarde y dejar vacíos en casos donde la corrupción erosiona las instituciones que deberían ser ejemplo de disciplina y honor.