Una tortuga de nombre Picasso regresó al Golfo de México llevando consigo las cenizas de Tony Amos, un oceanógrafo autodidacta de Texas que fundó el centro de rehabilitación que la sanó cuando fue rescatada.
El varón dedicó toda una vida a ayudar a reptiles en peligro de extinción y por esa razón su familia decidió que por lo menos una vez, lo seguiría haciendo después de la muerte.
Tras el paso de ‘Harvey’, la tormenta tropical que causó severos daños en Texas, el Sealife Center sufrió consecuencias que obligaron a los empleados a lanzar a algunos animales al agua. Días después falleció Tony.
Cientos de simpatizantes se reunieron para ser testigos de la ceremonia en la que la tortuga desapareció poco a poco mientras se sumergía en la inmensidad del mar mientras arrojaban flores a los restos de Amos.
Con información de AP.