Muchas mujeres padecen de resequedad vaginal, es decir, falta de lubricación en la zona. ¿La causa? Bajos niveles de estrógenos, cuya función es mantener los tejidos de la vagina saludables y lubricados.
La también conocida como vaginitis atrófica se da justo cuando, ante la pérdida de estrógenos, el tejido vaginal se contrae y se vuelve más delgado, causando resequedad e inflamación.
De acuerdo con especialistas de Mayo Clinic, la resequedad vaginal se da en mujeres de cualquier edad, sin embargo, es mayor el riesgo tras la menopausia.
Entre las señales de alerta están el dolor (dispareunia) y sangrado al tener relaciones sexuales, ardor al orinar, picazón en la vulva y poco flujo vaginal.
Algunos de los tratamientos más usados para aliviar el problema son los hormonales, para nivelar los niveles de estrógenos, y la aplicación de cremas lubricantes.
Pero, ¿sabías que existe una cirugía con láser para regenerar la lubricación natural de la vagina?
Consiste en un tratamiento, como su nombre lo dice, con láser, para estimular la lubricación vaginal, a través de la regeneración celular y la producción de colágeno para mejorar la elasticidad de la pared vaginal. Lejos a lo que se pudiera creer, no causa dolor. Además, es ambulatoria y no tiene efectos secundarios adversos.
Por lo regular la mujer recibe dos sesiones de tratamiento con láser, con una duración de 20 minutos y con un mes de diferencia entre cada una.
Es importante que el tratamiento con láser sea practicado por un ginecólogo, especializado en tecnologías con láser.
Si sospechas que tienes resequedad vaginal, acude de inmediato con tu ginecólogo para que te dé un diagnóstico certero e indique el tratamiento a seguir, según tu caso.
Con información de salud180.com