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Una víctima más del cáncer; El profeta de la amistad

Staff El Piñero

Luis Velázquez/ Malecón del Paseo

 

EMBARCADERO: Falleció ayer de cáncer José Luis Lagunes López… Igual que otros que han dado la batalla y por fortuna la ganaron (Gerardo Buganza Salmerón y Gustavo Sousa Escamilla, entre otros), se aferró la vida, pero ni modo, la vida es así… Se fue en un momento estelar cuando el equipo político al que pertenecía y al que desde hace muchos años entregara su inteligencia y talento, pero también, su capacidad diplomática, ha llegado al poder estatal… Con un gran capital político, su amistad honraba y privilegiaba a la Yunicidad… Primero, porque era un litigante de primera, y segundo, por su vocación pública, y tercero, quizá la primera, porque si el único patrimonio de un ser humano son los amigos, entonces, él fue un fanático de la amistad… Además, caso raro, insólito y extraño, caminó en medio del pantano diazmironiano, y nunca su plumaje se manchó en un país líder en el mundo en corrupción política y en un Veracruz donde ahora las elites políticas enfrentan todos los males de la caja de Pandora… Y más, porque no obstante su biografía social en que alcanzara puestos relevantes, siempre vivió “con la medianía de su salario” como decía Benito Juárez… Agente del Ministerio Público, subprocurador de Justicia y director de Prevención Social en Veracruz… Subsecretario de Prevención en la secretaria federal de Seguridad Pública y Comisionado de Prevención y Readaptación Social en el gobierno federal… Incluso, parece, estuvo en un tris de ser procurador de Justicia de la República… Su honestidad alcanza niveles insospechados por otra razón, digamos, subjetiva… Su apellido Lagunes… Los Lagunes que van desde Agustín Acosta Lagunes con su “Sonora Matancera” a los Lagunes caciques en la región… Y aun cuando por lo general la figura de un ser humano suele engrandecerse a la hora de su muerte, en el caso se multiplica por su fallecimiento por cáncer… Y más, porque su generación se encaramó en el poder constitucional luego de más de veinte años de soñar con la utopía…

 

ROMPEOLAS: Su lealtad a la amistad puede calibrarse a partir de lo siguiente… Fue en el sexenio de Patricio Chirinos Calero, 1992/1998, en que se desempeñara como director de Prevención y Dante Delgado Rannauro, Porfirio Serrano Amador y Gerardo Poo Ulibarri fueron recluidos en el penal de Pacho Viejo, siempre se dijo por órdenes de Ernesto Zedillo… El caso es que privados de su libertad el Chirinismo se emponzoñó con el trío…

Por ejemplo, estando en la cárcel, Dante Delgado perdió a su padre en Córdoba y sólo le autorizaron asistir al sepelio, siempre y cuando aceptara ser encadenado tanto de las manos como de los pies y, parece, con el uniforme de presidiario… Cada día de visita al penal, las visitas eran enlistadas y llevadas a consulta del jefe inmediato superior quien palomeaba las autorizadas… Algunos presos fueron azuzados para sembrar la incertidumbre y la zozobra de un atentado en contra de Dante en el interior del reclusorio… Y aun cuando en tales casos atentaron siempre en contra de los elementales derechos humanos, José Luis Lagunes cumplió las órdenes al pie de la letra en nombre, claro, de la obediencia al jefe, aun cuando al mismo tiempo significaban un abuso y exceso del poder… En el fondo, ninguna duda de que el director de los penales estaba a disgusto, y aun cuando bien pudo renunciar, siguió ahí, esperando de seguro que alguna lucecita iluminara el largo y extenso túnel chirinista… El don de gentes, el respeto a los demás, la cortesía política y diplomática con que solía actuar, incluso, en muchos casos, la mayor parte, como una expresión sincera, fueron arrasados por la circunstancia… La vida es así de extraña, contradictoria, rara y misteriosa…

 

ASTILLEROS: Desde el Chirinismo, quizá desde antes, definió su vida pública por un lado… Y en aquella tribu, la misma con la que terminara sus días, voz mesurada y prudente, serena y fría, discreta y enaltecedora en el trato a los demás y con los demás, habría significado la norma… Tan es así que en el ejercicio público operaba con un bajo perfil, “robaleando” como dicen unas elites, es decir, cumpliendo misiones especiales con efectividad, lejos de las pasarelas en las que suelen incidir la mayoría de políticos… Consciente y seguro, en todo caso, de que los cargos son efímeros y suelen pasar y rápido y de que en la vida oficial el tiempo de las vacas gordas es menor, mucho menor al tiempo de las vacas flacas, y por tanto, la política es para tejer amistades largas y sólidas… ¡Ay, entonces, de los soberbios y engreídos! y que fortuna, nunca José Luis Lagunes escuchó el cántico de las sirenas de Ulises camino a Itaca… Jamás en su vida, por ejemplo, escándalos ni de corrupción ni de inhabilitación para desempeñar un cargo ni de barbies y ladies ni de pedofilia ni de empresas fantasmas y que, entre otras cositas, constituye la gran herencia moral, ética y social a los suyos… Nunca se tuvo la fortuna de integrar su red amical, pero ha de reconocerse su vida pública como garante de la ley y la justicia, y más en medio de una plebe degenerada, como escribiera Stefan Zweig de Marco Tulio Cicerón, que sólo piensa en el poder político con sentido patrimonialista…

 

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