Alvaro Cortes
El creador de “el PRI es la dictadura perfecta”, Mario Vargas Llosa, regresa con una frase que seguramente tomarán muchos de los detractores de López Obrador como máxima de su “movimiento” opositor.
En entrevista para Reforma el afamado escritor peruano se descoció en contra del presidente de México, al que no ve como un personaje que lleve al país hacia adelante… por el contrario, nota en él ciertos rasgos que hacen pensar que podría representar la vuelta de aquello que gobernó por más de 70 años.
Lo dicho por el autor de La fiesta del chivo ya no cae de novedad. Recordemos que antes de las elecciones presidenciales, el Nobel de Literatura dijo –así en corto– que prefería que AMLO no llegara a la presidencia. ¿Por’ “Creo que sería un retroceso tremendo para la democracia en México”, dijo en febrero de 2018.
“Representa una democracia populista y demagógica, con recetas que están absolutamente fracasadas en el mundo entero” y pidió que los mexicanos votaran con “lucidez y no con el estómago”, agregó en ese momento.
En aquella ocasión la respuesta de AMLO fue muy parecida a la que ofreció esta vez, durante su conferencia mañanera. De acuerdo con el presidente, Vargas Llosa es un muy buen escritor, pero como que de política no la arma. “Lo respeto a Mario Vargas Llosa, buen escritor. En lo político yo creo que ha involucionado”, contestó el mandatario.
Fue en agosto de 1990 cuando Mario Vargas Llosa vino a México para enfervorizar a Octavio Paz, quien lo invitó para formar parte del debate El siglo XX: la experiencia de la libertad. Aunque el evento era para hablar de la situación europea, el peruano prefirió que su participación fuera sobre el caso mexicano y así sorprendió a la audiencia:
“Yo no creo que se pueda exonerar a México de esa tradición de dictaduras latinoamericanas. México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo. No es la URSS. No es Fidel Castro. La dictadura perfecta es México (…) tiene las características de la dictadura: la permanencia, no de un hombre, pero sí de un partido. Y de un partido que es inamovible”…
Veintinueve años después, Vargas Llosa acepta que quizás se equivocó. A final de cuentas, tal dictadura no era tan perfecta como creyó y terminó por “desaparecer”… “pero lo que es terrible es que vaya a resucitar, ¿no?”
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