Redacción El Piñero | Corresponsalía
Veracruz.- La tarde de este jueves, las comunidades de Buenos Aires, Huapango, Cuahutla, Tepepa y Lomapa se quedaron sin agua potable después de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cortara la luz al gobierno municipal de Astacinga por un adeudo de cinco millones de pesos. Lo que debía ser un servicio básico se convirtió en una verdadera prueba de paciencia para cientos de familias, que vieron cómo la burocracia se convirtió en su peor enemigo.
Vecinos indignados se plantaron frente al palacio municipal, exigiendo respuestas a la alcaldesa Crescencia Tzompaxtle y reteniendo temporalmente al personal de CFE como medida de presión. La autoridad, con la sonrisa que mezcla diplomacia y resignación, reconoció que el adeudo correspondía a rezagos de administraciones pasadas, pero aseguró que durante su gestión todo estaba en regla. Mientras tanto, los habitantes no se conformaron con palabras y dejaron claro que quieren agua y electricidad, no excusas ni herencias burocráticas.
Como en un capítulo repetido de la saga de la administración local, la prevención brilló por su ausencia. Ni CFE ni el ayuntamiento ofrecieron un plan inmediato para restablecer el servicio ni medidas concretas para que los adeudos históricos no sigan dejando a las comunidades en penumbras. El resultado: ciudadanos atrapados entre la escasez y la burocracia, recordando que en Astacinga, resolver problemas esenciales sigue siendo más un deseo que una política pública.