Redaccion | El Piñero
Veracruz.- En Mundo Nuevo, Coatzacoalcos, la tarde se volvió un triste espectáculo digital. Una mujer, consumida por la crisis emocional de haber perdido la custodia de sus hijos, decidió abrir transmisión en vivo para narrar lo que, según sus palabras, sería su último acto. Con tono desgarrado, señaló que no podía seguir sin sus pequeños, convirtiendo la red social en un escenario de angustia compartida.
Los vecinos, más atentos que cualquier corporación, corrieron al auxilio y evitaron que la tragedia se consumara. Ella, entre lágrimas y gritos, aseguró que tarde o temprano cumpliría su propósito, dejando al barrio en vilo y con la sensación de estar viviendo una telenovela real, solo que sin cortes comerciales. Afortunadamente, la rápida reacción de la comunidad logró rescatarla a tiempo.
¿Y las autoridades? Bien, gracias. Brillaron por su ausencia, sin protocolos, sin psicólogos, sin una llamada de emergencia que llegara antes que los vecinos con su improvisado heroísmo. Eso sí, cuando se trate de presumir programas sociales o encabezar ceremonias oficiales, seguro aparecerán sonrientes. Pero cuando una vida pende de un hilo, pareciera que la burocracia tarda más en moverse que un internet de los noventa.