Redaccion | El Piñero
Veracruz.- En una escena digna de telenovela policíaca, Mauricio “N”, de apenas 32 años, terminó su paseo por Nuevo León con un operativo que le puso fin a su aparente vida sin sobresaltos. Era buscado en Veracruz por el delito de secuestro, pero al parecer la suerte —o la lentitud burocrática— le habían permitido cambiar de código postal hasta que el Grupo de Coordinación Metropolitana decidió que ya era hora de aplicar la ley.
La acción se desplegó la tarde del lunes en la colonia Centro de Pesquería, justo sobre la Avenida Batallón de San Blas, cuando elementos de SEDENA, Guardia Nacional, AEI, Fuerza Civil y Policía Municipal se toparon con un Suzuki Ignis que les pareció más sospechoso que promesa de campaña. Tras la revisión, descubrieron varios envoltorios con sustancias ilícitas y otros objetos comprometedores, además de confirmar que el conductor no era precisamente un ciudadano modelo, sino un prófugo con orden de aprehensión vigente en tierras jarochas.
Lo curioso del caso es cómo alguien con una ficha de búsqueda por secuestro logró circular tan campante, sin que las autoridades veracruzanas ni las federales notaran su rastro antes. ¿Faltó coordinación, ganas o simplemente nadie revisa las bases de datos los lunes? Lo cierto es que la captura deja al descubierto esa vieja costumbre institucional de actuar sólo cuando el sospechoso se tropieza con el operativo correcto. Mientras tanto, el detenido ya fue entregado al Ministerio Público, quien ahora decidirá si la justicia sigue el camino del Suzuki: lento, pero al menos en movimiento.