Redacción El Piñero | Corresponsalía
Veracruz.- La madrugada del domingo en Soledad de Doblado, una pareja que solo intentaba regresar de fiesta en motocicleta terminó protagonizando una pesadilla digna de crónica urbana. Lo que parecía un “retén” de rutina se transformó en un espectáculo de abuso, con policías municipales que, en lugar de garantizar la seguridad, parecían entrenar para lucha libre, esposas, empujones y golpes incluidos. El conductor fue subido a la patrulla sin mayor explicación, mientras su acompañante, por el simple pecado de preguntar por la moto, recibió la membresía gratuita al club de la celda.
El relato de la mujer es de antología, asegura que tres policías mujeres la golpearon desde que puso un pie en la patrulla, la arrastraron hasta la comandancia y continuaron con la agresión entre barrotes, como si se tratara de un casting de villanas de telenovela. El colmo llegó al momento de la liberación, la pareja salió tras pagar 8 mil 500 pesos de multa, mientras otros jóvenes detenidos denunciaban que la tarifa de salida era de 2 mil pesos. Al parecer, la comandancia funciona con precios dinámicos, como si se tratara de aplicación de transporte en hora pico.
¿Y las autoridades? Bien, gracias. Ni un comunicado, ni una investigación abierta, ni una sanción visible. Todo queda en silencio institucional, esa fórmula mágica que permite a los abusos repetirse como serie de televisión mal producida. Mientras tanto, la ciudadanía sigue preguntándose si la Policía Municipal protege o si más bien actúa como cobrador con placa, disfrazando la inseguridad de “multas” y la justicia de negocio redondo.